tag:blogger.com,1999:blog-5010954578525523732024-02-06T19:35:39.600-08:00Mi Torre de Marfil'A cada época le salva un puñado de hombres que tienen el coraje de ser inactuales'Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.comBlogger88125tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-78658249860973436242018-09-17T09:25:00.001-07:002018-09-17T09:29:22.337-07:00El mito de la independencia<blockquote class="tr_bq" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="color: #e69138; font-family: Arial, sans-serif;">Un
hombre feliz no es feliz por sus propios méritos; lo es porque hay
otro – u Otro – que ha decidido amarlo incondicionalmente. Un
hombre no es bueno por sus propios méritos; lo es porque hay Otro
que lo sostiene, que lo impulsa.</span></blockquote>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
<div align="justify" style="line-height: 115%; margin-bottom: 0cm;">
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Quizá
uno de los más desapercibidos males que afligen a las sociedades
occidentales contemporáneas sea la veneración de la independencia.
En nuestra época, los hombres que despiertan admiración entre sus
congéneres no son aquéllos que se confían a Dios y se apoyan en
otros hombres, sino los que se ‘hacen a sí mismos’, los que
toman las riendas de su porvenir y afirman sin cesar, jactanciosos,
su ilimitada libertad. Tanto es así, que la independencia se ha
tornado incluso en objetivo político de los burgueses catalanes y en
lema vacío del periodismo ‘pompier’; también en pretexto que
justifica la eliminación sistemática de los niños con discapacidad
en el vientre de sus madres. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Habrá
quien sostenga que esta inclinación social no constituye mal alguno.
Lo más natural, dirá, es que el hombre persiga con avidez la
independencia, pues sólo con ella será verdaderamente libre. Se
trata de un razonamiento – falaz – propio de sociedades
capitalistas, donde el irrefrenable deseo de ganancia va conformando
poco a poco una mentalidad individualista, una mentalidad que se
asienta sobre la premisa de que el hombre fuerte es aquél no se
apoya en el prójimo (más que para obtener un beneficio económico,
claro). </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Lo
cierto, sin embargo, es que el hombre verdaderamente fuerte es aquél
que vence – con el auxilio de la gracia – la tentación de la
soberbia y, humilde, se reconoce dependiente por naturaleza. No sólo
necesitamos al otro para alcanzar cierta prosperidad económica, sino
también para colmar el anhelo de plenitud que nos es propio. Un
hombre feliz no lo es por sus propios méritos; lo es porque hay otro
– u Otro – que ha decidido amarlo incondicionalmente. Un hombre
no es bueno por sus propios méritos; lo es porque hay Otro que lo
sostiene, que lo impulsa. El ser humano aislado, emancipado de las
‘ataduras’ comunitarias y divinas, no es libre; es simplemente
infeliz e incapaz. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<br />
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Decía
San Agustín que ‘nuestra firmeza es verdadera mientras eres Tú
mismo; pero, cuando es firmeza nuestra, es debilidad’. Quizá sea
ésa una de las más elementales verdades que enuncia el catolicismo:
que nosotros no nos bastamos; que el hombre, en tanto que hombre,
nada puede lograr por su individual esfuerzo. Lo sostiene la gracia
de Dios, y no es capaz sino del mal cuando se cierra a ella para
afirmarse sí mismo. </span>
</div>
</div>
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-47743093524363544282018-07-15T04:01:00.001-07:002018-07-15T04:05:54.857-07:00El valor (religioso) de la agricultura<br />
<blockquote class="tr_bq" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<i><span style="color: #e69138;"><span lang="es-ES" style="font-family: "arial" , sans-serif;">El agricultor alza la vista al cielo y le canta a Dios loas y alabanzas, regocijado</span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"> </span><span lang="es-ES" style="font-family: "arial" , sans-serif;">por la fertilidad de la tierra y la bonanza del sol y la lluvia. En cambio, el gran financiero sólo puede ponerse frente a un espejo y admirarse a sí mismo.</span></span></i></blockquote>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span lang="es-ES">El
hombre se ha desligado de la tierra. Vive en edificios colosales que
se despegan del suelo decenas de metros, trabaja por medio de
artificios que domeñan la realidad y, asimismo, reniega de la vida
rural, que estólidamente considera inferior a la cosmopolita vida
urbana. Ni siquiera el agricultor sobrevive a esta separación: las
hortalizas Toshiba – busquen en Internet qué son – han
reemplazado a los tomates que surgen, con impulso</span> <span lang="es-ES">milagroso,
de la superficie; las máquinas</span> <span lang="es-ES">y los
dispositivos han sustituido a las herramientas y a las manos del
hombre, que ya no tocan la tierra sino con intermediación. </span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span lang="es-ES">Habrá
a quien el declive de la agricultura tradicional – con la
progresiva disolución de las comunidades políticas europeas en el
mastodonte burocrático bruselense, la imposición de la ideología
de género y el frenético avance de la cultura de la muerte – le
resulte anecdótico, incluso fútil. Sin embargo, lo cierto es que
tiene una relevancia irrefutable y unas consecuencias antropológicas
fácilmente distinguibles: aleja al hombre del fenómeno religioso. </span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span lang="es-ES">Frente
a la economía hodierna y a su permanente culto a la innovación y al
individualismo, la agricultura despierta en el hombre un sentimiento
de gratitud. El agricultor es consciente de que su prosperidad
depende enteramente de unos dones previos, ajenos a sus méritos o
deméritos: el sol, la tierra, la lluvia, las babosas... Sin ellos,
todo su esfuerzo se revelaría infructuoso. Por eso, en una época
que entroniza la voluntad del hombre hasta afirmar su primacía sobre
lo real, la agricultura tradicional nos recuerda – con un grito
cada vez más desesperado – que el hombre no se basta por sí
mismo, que es completamente dependiente de los regalos de Dios</span> <span lang="es-ES">y
de sus semejantes. </span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span lang="es-ES">Y
de una conciencia de dependencia siempre brota una emoción de
gratitud. El agricultor alza la vista al cielo y le canta a Dios
loas y alabanzas, regocijado</span> <span lang="es-ES">por la
fertilidad de la tierra y la bonanza del sol y la lluvia. En cambio,
el gran financiero sólo puede ponerse frente a un espejo y admirarse
a sí mismo, pues su riqueza depende de <i>su</i> astucia,
de <i>su</i></span> <span lang="es-ES">laxitud moral y del vago
concepto 'suerte'. La agricultura es trascendencia; las
finanzas,</span> <span lang="es-ES">inmanencia. El agricultor
agradece; el financiero</span> <span lang="es-ES">presume. </span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span lang="es-ES">Quizá
para reencontrarnos</span> <span lang="es-ES">con el
Creador debamos redescubrir la agricultura. Pero no esa agricultura
de máquinas y hortalizas artificiosas</span> <span lang="es-ES">que
no brotan de la tierra, sino esa agricultura tradicional que en
esta época descreída se nos revela como el mejor antídoto contra
el voluntarismo</span> <span lang="es-ES">y como el mejor sostén
de la doctrina de la gracia. </span> </span></span></div>
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-84337738915662704252018-07-02T03:39:00.002-07:002018-07-02T03:39:51.043-07:00El suicidio y la riqueza<br />
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
</div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span lang="es-ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><i><span style="color: #e69138;">Como nos enseñaba Chesterton, el gozo no se alcanza expandiendo nuestro 'yo' hasta el infinito, sino reduciéndolo a una minúscula dimensión.</span></i></span></span></span></blockquote>
<br />
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="es-ES"><br /></span></span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="es-ES">Quizá</span> <span lang="es-ES">uno
de los más lacerantes dramas que aflige a la sociedad contemporánea
sea el suicidio, que siembra dolor, desgarra familias y trunca
esperanzas compartidas. Suicidarse es rechazar el gratuito don de la
existencia, cerrar la puerta para siempre a esa belleza que, desde
fuera, nos interpela, ofreciendo sentido y demandando compromiso. El
suicida desprecia la fresca pureza</span> <span lang="es-ES">de
un manantial, la esperanza inherente a un amanecer</span> <span lang="es-ES">e,
incluso, la sutil</span> <span lang="es-ES">delicuescencia
evocada por las puestas de sol. Ni en lo hermoso ni en lo feo, ni en
lo bueno ni en lo malo, ni en lo alegre ni en lo triste... En nada
encuentra deleite.</span> <span lang="es-ES">Ni sentido,
que es lo importante.</span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="es-ES">Cuando
el hombre hodierno se aproxima a la cuestión del suicidio, le
aborda siempre una pregunta desafiante: ¿por qué, en esta</span> <span lang="es-ES">época
de prosperidad y opulencia, tantos hombres fenecen por propio
designio? La respuesta a este opresivo interrogante puede antojarse
en un primer momento intrincada, pero pronto se revela sencilla hasta
lo insultante. Tanto, que puede sintetizarse en tres palabras:
por el individualismo.</span> <span lang="es-ES">Tras la riqueza
del mundo occidental contemporáneo, subyace un deletéreo culto al
'yo', que se expande</span> <span lang="es-ES">hasta el infinito
sin que ningún límite lo constriña. Ya no hay 'tú'. Ya no
hay sacrificio (que consiste en salir de uno mismo, renunciando al
propio interés). Y, en consecuencia, tampoco hay felicidad.</span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="es-ES">Como
nos enseñaba Chesterton, el gozo no se alcanza expandiendo nuestro
'yo' hasta el infinito, sino reduciéndolo a una minúscula
dimensión. El hombre que mira ensimismado su propio ombligo no puede
ser feliz, pues la dicha está fuera de él: en un paraje que
lo</span> <span lang="es-ES">conmueve, en un manjar compartido
con otros o – sobre todo – en un semejante que le dice 'me
importas'. </span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="es-ES">Por
ese motivo, la plenitud no depende enteramente de nosotros mismos; es
un don que nos brinda el otro y que</span> <span lang="es-ES">hemos
de acoger</span> <span lang="es-ES">con humildad. Por mucho
dinero que acumulemos</span> <span lang="es-ES">(o por muchas
experiencias placenteras que vivamos), no seremos felices si nos
encerramos, dando la espalda al prójimo que quiere amarnos y a la
realidad que quiere afectarnos. Esto es lo que no comprende el hombre
hodierno, quien, muy pelagiano, se</span> <span lang="es-ES">afana
en darse a sí mismo una felicidad que cree parapetada
tras montones de</span> <span lang="es-ES">billetes de
quinientos,</span> <span lang="es-ES">noches de desenfreno en
una discoteca o saltos arriesgados en paracaídas.</span></span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="es-ES">No
basta, sin embargo, con recibir el regalo amoroso que nos entrega el
prójimo; debemos acogerlo, comprometernos con él. La persona – y
de ahí su naturaleza comunitaria – sólo es</span> <span lang="es-ES">dichosa
cuando se entrega al otro, cuando abandona el 'yo' y vive plenamente
para el 'tú'. Paradójicamente, cuando el 'yo' deja de ser el fin
que orienta nuestras acciones, cuando dejamos de preocuparnos por
nuestra propia felicidad, ésta se nos acerca más, derribando el
muro hormigonado que la Caída levantó.</span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="es-ES">Nuestra
sociedad no es infeliz a pesar de la riqueza. Es infeliz precisamente
por la riqueza. O, mejor,</span> <span lang="es-ES">por
haberse rendido a ella. La plenitud no se halla en el
banco de España o en un lupanar, sino en el vasto horizonte del
'tú'</span> <span lang="es-ES">y en una actitud de asombro ante
lo sencillo. Cuanto antes lo comprendamos, antes lograremos
desmantelar esa industria del suicidio en que ha degenerado nuestra
avanzada</span> <span lang="es-ES">sociedad, tan ahíta de lujo
y tan necesitada de amor. </span> </span></span></div>
<div style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<br /></div>
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-58737675674754073642018-05-02T01:23:00.002-07:002018-05-02T01:25:14.859-07:00'La manada'<br />
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
</div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><i><span style="color: #e69138;"><span lang="es-ES" style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La manada' es producto de una sociedad</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"> </span><span lang="es-ES" style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">que ha desligado el sexo del amor y que, en consecuencia, reduce</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"> </span><span lang="es-ES" style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">aquél a</span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"> </span><span lang="es-ES" style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">la mera satisfacción de apetitos incontrolables.</span></span></i></span></blockquote>
<br />
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="es-ES">Si
hay algo que caracteriza</span> <span lang="es-ES">a la sociedad
hodierna, es su proclividad a</span> <span lang="es-ES">poner
tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias. Nos indignan los
males concretos y más evidentes (y eso prueba que no hemos
perdido del todo el sentido moral), pero ensalzamos los fundamentos
sobre los que esos males se asientan. Así, nos subleva</span> <span lang="es-ES">la
mera posibilidad de que las pensiones públicas desaparezcan, pero
jaleamos las políticas antinatalistas fomentadas por instituciones
nacionales y supranacionales; así, nos consterna el yihadismo, pero
somos incapaces de reflexionar de modo más o menos sosegado sobre el
islam, al que motejamos acríticamente de religión de paz. </span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />
</span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="es-ES">Lo
mismo ocurre con el caso de 'La manada', que tantas
conciencias</span> <span lang="es-ES">aletargadas ha despertado
en los últimos días. Ya conocen de sobra los hechos: durante los
sanfermines, cinco hombres ultrajaron a una joven a la que
compelieron a hacer</span> <span lang="es-ES">felaciones por
doquier</span> <span lang="es-ES">y sometieron con la saña
propia del perturbado. El acto</span> <span lang="es-ES">es abominable y, naturalmente, indigna a todo aquél de quien no se haya
apoderado el Maligno. Pero</span> <span lang="es-ES">esta
indignación natural</span> <span lang="es-ES">se revelará
estéril - ya lo ha hecho, en parte – si no nos afanamos en
descubrir y señalar los orígenes</span> <span lang="es-ES">del mal específico.</span></span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">.</span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="es-ES">'La
manada' es producto de una sociedad</span> <span lang="es-ES">que
ha desligado el sexo del amor y que, en consecuencia, reduce</span> <span lang="es-ES">aquél
a</span> <span lang="es-ES">la mera satisfacción de apetitos
incontrolables. El acto sexual, que antaño simbolizaba la plena
entrega al otro</span> <span lang="es-ES">(y debería
seguir haciéndolo),</span> <span lang="es-ES">constituye ya
poco más que un simple proceso químico en el que la otra
parte</span> <span lang="es-ES">no</span> <span lang="es-ES">es percibida</span> <span lang="es-ES">como
fin</span> <span lang="es-ES">en sí misma, sino
como</span> <span lang="es-ES">simple</span> <span lang="es-ES">suministradora</span> <span lang="es-ES">de
placer; en el que la otra parte no es objeto de una mirada amorosa, sino
de una puramente lasciva.</span> <span lang="es-ES">Es en la
desnaturalización de la sexualidad</span> <span lang="es-ES">y
en la instrumentalización</span> <span lang="es-ES">de las
relaciones personales donde se halla el origen de conductas</span> <span lang="es-ES">como
la de los íncubos de 'La manada', cuyos instintos,</span> <span lang="es-ES">por
cierto,</span> <span lang="es-ES">son estimulados a diario
por la</span> <span lang="es-ES">venérea</span> <span lang="es-ES">realidad
que se nos presenta a todos – en forma de manzana envenenada –
tras la pantalla del ordenador. </span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />
</span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="es-ES">Si deseamos</span> <span lang="es-ES">luchar seriamente</span> <span lang="es-ES">contra
los actos sexuales más sórdidos, empecemos</span> <span lang="es-ES">por
criticar la distribución indiscriminada de preservativos. Si
deseamos acabar con las violaciones, empecemos</span> <span lang="es-ES">por
demandar la inmediata prohibición de la pornografía (al menos entre
niños). Si deseamos</span> <span lang="es-ES">más respeto hacia la mujer, empecemos</span> <span lang="es-ES">por devolver</span> <span lang="es-ES">la
prostitución al lóbrego</span> <span lang="es-ES">habitáculo</span> <span lang="es-ES">del
que nunca debería haber salido: la prohibición. Si no lo hacemos
– y al tiempo clamamos aspaventeramente contra los íncubos de
'La manada' -, no estaremos sino poniendo tronos a las causas (la
banalización del sexo)</span> <span lang="es-ES">y cadalsos a
las consecuencias (las conductas sexuales depravadas).</span> </span></span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br />
</span></div>
<div align="justify" style="border: none; margin-bottom: 0cm; padding: 0cm;">
<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span lang="es-ES">Sólo</span> <span lang="es-ES">recuperando
la extraviada sacralidad del acto sexual</span> <span lang="es-ES">podremos
dejar de ser manada y convertirnos, de nuevo, en comunidad. </span> </span></span></div>
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-65300408763725768282018-03-06T06:50:00.000-08:002018-03-06T07:03:32.693-08:00Izquierda y capitalismo<br />
<blockquote class="tr_bq" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><i><span style="color: #e69138;">Promoviendo el uso de anticonceptivos, fomentando un feminismo que reniega de la maternidad y hostigando la lucha de sexos, la izquierda posmoderna ha propiciado la materialización de uno de los sueños húmedos de la plutocracia: un mundo en el que predominen las familias de pocos vástagos y los individuos aislados.</span></i></span></blockquote>
<br />
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Quizá
influidos por la reminiscencia de un tiempo pretérito que jamás
volverá, los obtusos medios de comunicación españoles acostumbran a
asociar el liberalismo económico con una suerte de conservadurismo
moral. Así, ignorando que el dinero y la tradición siguen caminos
diferentes e incompatibles, creen que quien toma el capitalismo como
sistema económico opta también por un modelo social y ético
opuesto al preconizado por el progresismo. La realidad, sin embargo,
es bien distinta. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">El
progresismo moral, de hecho, no ha devenido sino en instrumento del
que se sirve el capitalismo para alcanzar sus propósitos.
Promoviendo el uso de anticonceptivos, fomentando un feminismo que
reniega de la maternidad y hostigando la lucha de sexos, la izquierda
posmoderna ha propiciado la materialización de uno de los sueños húmedos de la plutocracia: un mundo en el que predominen las
familias de pocos vástagos y los individuos aislados. No en vano,
como ya adivinaron los padres del pensamiento capitalista, cuando el
trabajador no tiene a nadie a quien mantener, sus exigencias
salariales se tornan, de pronto, más laxas, más compatibles con el
empresarial anhelo de maximizar los beneficios.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Así
pues, nos percatamos de que todos esos postulados progres acaban
beneficiando al dinero transnacional, que, por un lado, desea
familias diminutas para poder reducir los salarios sin oposición</span> <span style="font-family: "arial" , sans-serif;">y
que, por otro lado, busca seres desarraigados que no hagan sino
consumir. Individuos que no amen, que no admiren; individuos que simplemente consuman hasta la extenuación o el suicidio.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">En
su demencia, la izquierda posmoderna, que ha dejado de defender al
hombre común para abanderar las más disparatadas causas y proteger
a los más residuales colectivos, ha llegado incluso a hacer suyos
los ideales y objetivos de Malthus. Preocupados por el cambio
climático, los más conspicuos popes del pensamiento progre han
abrazado esa deletérea idea que responsabiliza del deterioro
mediombiental a un supuesto ‘exceso de población’ (¡cuando el
verdadero causante de ese deterioro es el mismo capitalismo que
anhela la reducción de la población mundial y que sólo atiende a
lógicas económicas!). </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">La
dura realidad que tratan de ocultar los medios sistémicos es que el
capitalismo, como ya ocurría hasta cierto punto en tiempos de
Belloc, se beneficia de la anarquía moral predicada por la
izquierda. Si se ha desarrollado tanto en las últimas décadas, es
porque esta última le ha ayudado a despojar a la sociedad de sus
anhelos trascendentes, de sus vínculos con el pasado (o de su
tradición) y de su sentido comunitario. Ello nos prueba que la
alternativa no se encuentra en los postulados de ninguna ideología
moderna o posmoderna (que, al fin y al cabo, bebe de las mismas
fuentes que el capitalismo), sino en esa milenaria institución que
tiene su sede en Roma y su origen en Jerusalén. </span>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-53464787700591834812018-02-18T02:28:00.000-08:002018-02-18T02:38:17.761-08:00Adoctrinamiento<br />
<blockquote class="tr_bq" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.1cm; margin-top: 0.1cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><i><span style="color: #e69138;">El problema del sistema educativo catalán no es el adoctrinamiento, sino el adoctrinamiento en la mentira. Su mal no es el dogma, sino el dogma falso e injusto.</span></i></span></blockquote>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.1cm; margin-top: 0.1cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.1cm; margin-top: 0.1cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Una
de las más distintivas características del hombre hodierno es su
incapacidad para enunciar diagnósticos adecuados respecto de males
sociales concretos. De este modo, por ejemplo, creemos que el mayor
problema del sistema educativo catalán es el ‘adoctrinamiento’;
un adoctrinamiento que han denunciado, en tono enternecedoramente
indignado, algunos de los más egregios representantes de los
partidos políticos españoles (esos mismos que, sin embargo, se
aseguran de que los niños engullan en toda España la alfalfa
producida por la ideología de género). </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.1cm; margin-top: 0.1cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.1cm; margin-top: 0.1cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">La
dura realidad es que atacar el adoctrinamiento, en abstracto, es
atacar la educación misma. Adoctrinar no consiste sino en inculcar
una serie de principios y dogmas a otros, generalmente más jóvenes.
No existe otra forma de enseñar, por mucho que los pedagogos
aseveren hogaño que el maestro debe limitarse a abrir la mente de
sus alumnos. ¿Qué padre de familia no enseña a sus hijos a hacer
el bien y a evitar el mal? ¿Qué profesora no educa a sus pupilos en
unos códigos morales concretos? ¿Qué abuela no le dice a su nieto
que debe amar al prójimo? Relacionamos el adoctrinamiento con la
oscuridad y la tiranía, pero tiene más que ver con la luz
penetrante de la educación; esa luz que incide sobre el hombre y le
permite construir unas bases sobre las que asentar su libertad. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.1cm; margin-top: 0.1cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.1cm; margin-top: 0.1cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Si a lo largo de la historia las generaciones jóvenes no hubiesen sido adoctrinadas en las verdades
más evidentes y puras, nuestro conocimiento de lo real sería hoy
exiguo. La cuestión es que los infantes ya no son educados en esas
verdades, sino en preceptos de ideologías que han envenenado nuestro
mundo. Cuando criticamos el adoctrinamiento en las escuelas
catalanas, realmente pretendemos denunciar las deletéreas ideas con
que el separatismo catalán contamina el alma de los niños. Mas,
como vivimos en una época que considera que todas las ideas son
válidas y respetables, disfrazamos esta noble pretensión y
arremetemos contra la esencia misma de la enseñanza.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.1cm; margin-top: 0.1cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.1cm; margin-top: 0.1cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">El
problema del sistema educativo catalán no es el adoctrinamiento,
sino el adoctrinamiento en la mentira. Su mal no es el dogma,
sino el dogma falso e injusto. Ya nos enseñaba Chesterton que ‘el
dogma es en realidad lo único que no puede separarse de la educación
(…) Un profesor que no es dogmático es un maestro que no enseña’.
</span>
</div>
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-41690624047152546052018-01-28T08:03:00.000-08:002018-01-28T08:03:22.492-08:00Hacia un nuevo léxico político<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><b>Por Juan Oltra, firma invitada</b></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Que
sí. Que a estas alturas ya nos hemos enterado todos. No somos
de izquierdas ni de derechas. El repertorio fraseológico es tan
amplio como repetido. Es <i>hemiplejia moral</i>; es <i>ceguera
intelectual</i>; es una <i>perfecta imbecilidad</i>… En fin, lo de
siempre. Nos sabemos magníficamente la lección, vaya.</span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Reconozco,
como el que más, lo afortunado que estuvo en este punto <b>Ortega </b>y
lo aprovechable de esa ruptura con ambos posicionamientos, en cuanto
epifenómenos de un mismo proceso revolucionario. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Pero
hagan el favor: miren a su alrededor. Izquierda y derecha han volado
por los aires. Estas categorías no sirven ya ni como etiquetas. ¿No
creen que viene siendo hora de renovar nuestro lenguaje político?</span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Hablar
de “las derechas” siempre ha resultado complejo y polémico. Si
algo parece habernos quedado claro es que emplear el término en
singular es casi una aberración académica. Pero, más allá de la
complejidad semántica, es fácilmente constatable que decirse “de
derechas” ha llevado aparejada desde hace décadas una nota social
de infamia. Precisamente por ésto, los acomplejados herederos de
este bagaje político son los primeros en desentenderse de él o en
apresurarse a lavarle el rostro y dar una imagen más <i>cool.</i> En
este sentido, el ejemplo de <b>Cristina Cifuentes</b> resulta
paradigmático. En efecto, se han integrado a la perfección ─incluso
promoviéndolo─ en el consenso socialdemócrata que sustenta al
régimen partitocrático del 78, y que constituye uno de los ejes del
<i>Mátrix progre</i>, en genial expresión de <b>Juan Manuel de
Prada.</b></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><b><br /></b></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Sin
embargo, donde se observa con mayor claridad la pérdida de
relevancia de la vieja dialéctica derecha-izquierda, es en el
análisis de la evolución de esta última. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Fueron
“poetas” como <b>A. Ginsberg</b> quienes sentaron las bases
de la metamorfosis izquierdista. Comienzan a divulgar en Estados
Unidos los postulados freudomarxistas heredados de la Escuela de
Frankfurt, y es así como las obsesiones sobre la sexualidad
comienzan a eclipsar el discurso clásico de la izquierda. Asimismo,
el individualismo moderno más extremo se abre paso velozmente frente
a la idea ─también moderna, pero no ajena a la izquierda─ de
<i>colectividad.</i> </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Las
influencias de esta izquierda renovada se extienden en la juventud,
especialmente en el ámbito universitario. Y llegamos así, en
Europa, a mayo del 68.<span style="color: black;"><span style="background: #ffffff;">
</span></span>Pese a que original y epidérmicamente el mayo francés
recogiese reivindicaciones sociales; en el fondo constituyó el cénit
del proyecto nihilista que se inició en los albores de la
modernidad. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">El
hedonismo, el materialismo y el individualismo egoísta que
importasen los Estados Unidos, regresaban a Europa con mayor
proyección y fuerza que nunca. Las más infantilizadas utopías
compendiadas en estúpidos eslóganes, se combinaban
contradictoriamente con la admiración hacia la China de <b>Mao</b>. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Pero
no nos engañemos. El supuesto carácter transgresor del fenómeno no
excedió los límites de la moral. Y, aun así, se trató de una
transgresión subvencionada. En efecto, mayo del 68 supuso la alianza
decisiva entre el modelo económico capitalista y la progresía
cultural. Al reflexionar sobre estas cuestiones no podemos dejar de
recordar las tesis de <b>Augusto del Noce, </b>quien consideraba que
la aplicación del marxismo, en general, había contribuido a “pulir”
la moral burguesa. Se desembarazaba así de toda reminiscencia a
conceptos tradicionales, y la moral burguesa-cristiana pasaba a ser
una moral burguesa pura. Es por ello que, siguiendo a del Noce, nos
atrevemos a asegurar que mayo del 68 pasó a la Historia como la
última de las revoluciones (intra)burguesas. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Al
decir de <b>Alain de Benoist, </b></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">«lejos de exaltar una disciplina revolucionaria, sus partidarios querían ante todo “prohibir las prohibiciones” y “gozar sin barreras”. Muy pronto se dieron cuenta de que hacer la revolución y ponerse “al servicio del pueblo” no era el mejor camino para satisfacer sus deseos. Por el contrario, comprendieron que éstos se verían satisfechos con mayor seguridad en una sociedad liberal permisiva. Y se terminaron aliando de forma natural con el capitalismo liberal, lo que no dejó de reportar, a un buen número de ellos, ventajas materiales y financieras».</span></div>
<br /><div align="justify" style="font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">Será
esta nueva izquierda la que arríe paulatinamente las banderas de la
justicia social para sustituirlas por las de la justicia
antropológica, como bien apunta Dalmacio Negro en recientes
estudios.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.2cm; margin-top: 0.2cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br />
</span><span style="font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">La
desmembración de la sociedad en multitud de colectivos; la ruptura
del lazo social y la creciente abulia, conformismo y despreocupación
de los ciudadanos —descompromiso que encuentra sus mejores reflejos
en España, donde se ha implantado ejemplarmente el homo festivus—
hacen que las llamadas luchas posmodernas derivadas de la hegemonía
ideológica de esa izquierda (que triunfó culturalmente en aquellos
años, y que políticamente comienza a conseguirlo ahora), cumplan
eficientemente tres funciones principales. A saber:</span></span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.2cm; margin-top: 0.2cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 10pt;">
</span></span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; text-indent: -0.64cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"><span style="color: black;">- </span></span></span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Controlar el pensamiento, que se puede desarrollar solamente dentro de unos límites marcados por la mal llamada “corrección” política.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.2cm; margin-top: 0.2cm;">
<span style="font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">- Destruir
todos los elementos orgánicos que aun pudiesen conservar, o desde
los que reconstruir, la noción de comunidad y de bien común. El
individuo aislado e independiente, atomizado. Se busca completar su
emancipación, en definitiva.</span></span></span></div>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.2cm; margin-top: 0.2cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br />
<span style="font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"><span style="color: black;"><span style="font-size: 10pt;">- </span>Fijar
el foco de atención sobre unos productos ideológicos artificiosos
(pansexualismo, ecologismo, antirracismo (mención aparte merecería
el multiculturalismo), veganismo, feminismo y abortismo, pacifismo,
animalismo, proclamación de infinidad de “identidades” de
género…) para desviar la atención de las cuestiones
verdaderamente cruciales.</span></span> </span>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Resulta
cuanto menos sospechosa la confluencia de intereses entre las agendas
de las élites y las de los colectivos protagonistas de estas
reivindicaciones humanitaristas posmodernas. Son los grandes magnates
quienes financian las actuaciones de los lobbies, tras lo cual pasan
a ser considerados poco menos que filántropos. Puede que el
personaje más conocido a este respecto actualmente sea <b>George
Soros</b> con su fundación, significativamente denominada <i>Open
Society</i>. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Su
táctica será muy reprobable, pero funciona. Mientras perdemos el
tiempo enzarzados en absurdos debates sobre si los niños tienen
vulva; o sobre si es posible que una mujer contraiga matrimonio con
una estación de tren, las oligarquías financiero-mediáticas
continúan desarmando nuestra soberanía social, destruyendo nuestros
derechos y disolviendo la identidad de los pueblos. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Y
si continuamos con el viejo lenguaje dialéctico izquierda-derecha,
acabaremos convenciéndonos, en perfecta sintonía con los
tertulianos sabatinos de 13 TV, de que <b>Pablo Iglesias</b> o <b>Pedro
Sánchez</b> son peligrosos revolucionarios. Creo que no supone
ninguna novedad desmentirlo. Están consagrados al servicio de la
tiranía socialdemócrata y de esas luchas posmodernas que el
capitalismo global ha hecho suyas por serles de una rentabilidad
inusitada. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Los
términos, insisto, deben de ser actualizados. La verdadera
disidencia al mundo moderno solo puede provenir de una oposición
real ─ya se plantee en clave política o metapolítica─ al reino
de la uni-forma y a los mitos e imaginarios que inauguró el
totalitario discurso ilustrado.</span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Y
sí. Izquierda y derecha van de la mano. Asumámoslo de una vez. No
reside ahí la tensión de nuestro tiempo.</span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Más allá de recetas económicas concretas y de propuestas contingentes, el devenir de España vendrá determinado por una batalla entre quienes se doblegan a las élites cosmopolitas y quienes, por contra, se niegan a sacrificar la tradición.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br />
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Entre
quienes balcanizan sociedades inventando y financiando colectivos, y
quienes buscan preservar la natural convivencia de las partes que
componen el Todo. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br />
</div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Éste
es el (no tan) nuevo dilema. Oligarquía o pueblo. Armonía del
hombre con su contorno, o desarraigo. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br />
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-66154023488439946332018-01-23T07:36:00.001-08:002018-01-23T07:52:30.581-08:00Trump, ¿ruptura o continuidad?<blockquote class="tr_bq" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></blockquote>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<blockquote class="tr_bq">
<span style="color: #b45f06; font-family: "arial" , sans-serif;"><i>Trump ha asumido como propia la averiada política exterior que impulsaban sus predecesores; esa política exterior que, pese a los esfuerzos del inmisericordemente defenestrado Steve Bannon, sigue desprendiendo hoy un insoportable hedor neocón.</i></span></blockquote>
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Cuando
hace poco más de un año Donald Trump fue investido como presidente
de Estados Unidos, algunos ingenuos albergábamos en nuestra alma la
esperanza propia de quien ve próxima la victoria. Creíamos,
basándonos en lo acaecido en campaña electoral, que el acceso a la
Casa Blanca de ese magnate de mirada torva, cabellos amarillentos y
determinación enérgica acabaría con muchos de los problemas que
afligen al mundo hodierno: el inhumano proceso de globalización, el
intervencionismo estadounidense en política exterior y esa semilla
de anarquía moral que las organizaciones internacionales pretenden
sembrar en todos los países del mundo. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Sin
embargo, la dura realidad es que pecábamos de optimistas (que
siempre es mejor que pecar de lo contrario). El compromiso del
republicano de tornar América grande otra vez y de combatir el
globalismo ha devenido en burda entelequia. No en vano, Trump ha
asumido como propia la averiada política exterior que impulsaban sus
predecesores; esa política que, pese a los esfuerzos del
inmisericordemente defenestrado Steve Bannon, sigue desprendiendo hoy
un insoportable hedor neocón. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">No
obstante su afán preelectoral de diferenciarse del establishment
republicano, lo cierto es que el extravagante presidente no ha hecho
en su mandato nada demasiado distinto a lo que habría hecho un republicano
cualquiera. Así, se ha manifestado contrario al aborto con loable
elocuencia – elocuencia que, desgradaciadamente, no se ha plasmado
en demasiadas acciones concretas –, ha pronunciado emotivos
alegatos en defensa de ese masónico ideal denominado ‘libertad
religiosa’ y ha perseverado en la mesiánica manía republicana de
concebir a Estados Unidos como gran árbitro mundial y epítome de
cuantas virtudes existen. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">De
esta manera, la presidencia de Trump, que ha suscitado la indignación
de una prensa sectaria hasta los tuétanos, tiene mucho de
claroscuro. Medidas que deberían regocijar a todo hombre
comprometido con la defensa de la civilización occidental – tales
como la protección de los cristianos perseguidos y la lucha contra
ese sutil genocidio llamado aborto – han confluido con medidas que
escandalizan a todos los que apoyamos al republicano antes de las
elecciones generales. Entre éstas se halla el incondicional apoyo
que ha mostrado a Arabia Saudí (principal promotor a nivel mundial
del fundamentalismo islámico) y su renuencia a mejorar las tensas y
conflictivas relaciones existentes entre Estados Unidos y Rusia. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<br />
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">El
mundo no es un lugar más justo después del primer año de
presidencia de Donald Trump. Es cierto, por ejemplo, que la cultura
de la muerte ha retrocedido levemente y que ahora los cristianos
perseguidos cuentan con el respaldo de una persona que acumula
ingente poder. No obstante, debemos recordar que el globalismo no ha
visto amenazadas sus viciadas aspiraciones y que la política
exterior norteamericana sigue agitando avisperos que presentarían un
aspecto más amable si permaneciesen en estado de quietud. </span>
</div>
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-89404299353673653452017-12-24T01:41:00.000-08:002018-01-22T09:46:06.122-08:00Paz injusta<br />
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><i><span style="color: #b45f06;">Si la paz que construimos está fundada en la injusticia, sólo estaremos replicando la crueldad del averno en la Tierra</span></i></span></blockquote>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Uno de esos términos que el
mundo occidental contemporáneo – tan necesitado de sucedáneos religiosos – ha
entronizado es el de ‘paz’. El pacifismo se ha tornado en un credo ideal que
sólo los más despreciables hombres pueden refutar; en una actitud vital que le
brinda al individuo la llave de la felicidad. Así, nos hemos acostumbrado a que
nuestros líderes espirituales presenten la paz como el más importante de los
fines que deben orientar la acción humana. Sin embargo, esta aseveración, como
tantas de las escupidas por nuestras élites intelectuales, es manifiestamente
mendaz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Afirmar que la paz debe
constituir el fin último de la sociedad se antoja tan disparatado como
sentenciar que la conversación nos torna más sabios. Todo dependerá de la
calidad de la conversación, así como todo dependerá de la naturaleza de la paz.
Si en nuestras conversaciones no se da una unidad de bien, verdad y belleza,
nuestro conocimiento de lo real no crecerá; si la paz que construimos está
fundada en la injusticia, sólo estaremos reproduciendo la crueldad del averno en
la Tierra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Incluso los cristianos
modositos – impelidos por las diatribas del Sumo Pontífice, que apoyó el
ilegítimo ‘proceso de paz’ con las FARC en Colombia – han asumido como propia
esa averiada visión que considera la paz, la ausencia de violencia y guerra,
como el más deseable de los estados humanos. Y para justificar su deletérea
postura, retuercen a Cristo hasta el punto de presentarlo como una obsoleta
versión de Ghandi, como una suerte de apóstol del movimiento hippie. Pero lo
cierto es que Jesús no fue un moderadito. Sus alegatos por la paz fueron, sin
duda, menos contundentes que sus acciones en defensa de la justicia. Él nunca
pronunció una palabra contra la guerra (tampoco a favor); Él podría haber
permitido que los mercaderes siguieran profanando el Templo, mas antepuso
justicia a paz. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Sólo una sociedad
delicuescente, y alejada de la palabra de Cristo, exalta la paz por encima de
todo lo demás. Y es que las sociedades moralmente sanas – aquéllas con ganas de
pervivir – son perfectamente conscientes
de que pocas cosas hay tan opresivas como una paz fundada en la mentira y la fealdad;
de que más valen cien guerras justas que una paz injusta. <span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-41469171774900197172017-12-06T09:01:00.000-08:002017-12-07T06:08:44.522-08:00Dar las gracias<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><span style="color: #b45f06;">Cuando agradecemos, reconocemos que nuestra imperfecta insignificancia no merece ni cortesías ni requiebros; que nuestra pequeñez no es digna de la belleza del gran universo.</span></span></blockquote>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Todos hemos oído a nuestros allegados más provectos – que
se criaron en una época de declive de los grandes principios morales, pero de
vigor de los pequeños principios morales – clamar contra la mala educación de
las nuevas generaciones. Mala educación que se manifiesta, entre otras
cosas, en una contumaz incapacidad para dar las gracias. Así, cada vez es más
inhabitual que el término ‘gracias’ constituya el eje fundamental de una
conversación, y eso lo perciben nuestros ancianos. No obstante, su airada y
justificada protesta no acostumbra a ahondar en las causas que motivan esos
malos modos con que se conduce el hombre contemporáneo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">En mi opinión, nuestra renuencia a dar las gracias al
hombre que nos deja atravesar la puerta antes que él – o al camarero que nos sirve
en un restaurante – deriva de nuestra falta de humildad, de nuestro
ensoberbecido orgullo. Éste nos hace percibirnos merecedores de un rojizo
amanecer frente al Mar de Galilea y de un hermoso crepúsculo junto a la mujer
que amamos. Nos lleva a creer que ameritamos tanto las delicias que cada día
encontramos en nuestra mesa como el calor familiar de una cena navideña. El
cegador orgullo nos lleva incluso a pensar que el hombre merece que Dios entregue
su vida para liberarle de la onerosa carga del pecado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Pero la esencia de la realidad es su condición de regalo inmerecido. El hombre orgulloso, que es el que prolifera en una época
que niega toda limitación, no es capaz de admirar la grandeza de las cosas,
pues está demasiado ocupado observando la mugrienta pequeñez de su ombligo.
Todo acto de servicio lo concibe como un acto de justicia para con él, que
merece tanto la noche estrellada como el dorado atardecer. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">El orgullo, además de lastrar nuestra capacidad de asombro,
nos impide dar las gracias. Porque, cuando agradecemos, reconocemos que nuestra
imperfecta insignificancia no merece ni cortesías ni requiebros; que nuestra
pequeñez no es digna de la belleza del gran universo. Por eso, al hombre
hodierno, que ha renegado de su condición de criatura y ha ocupado ilegítimamente
el trono del Creador, dar las gracias se le antoja el estúpido atavismo de un
tiempo felizmente superado. <span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-33785352801604904652017-10-25T09:55:00.001-07:002017-10-25T10:39:03.468-07:00El progresismo y la libertad<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><span style="color: #b45f06;"><i>El progresismo, en tanto que determinista, es la más deshumanizadora de las ideologías, pues no acepta la misma esencia del hombre.</i></span></span></div>
</blockquote>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Entre los más irracionales credos que uno puede encontrar,
la fe en el progreso, tan común en Occidente desde las postrimerías del Siglo
XIX, ocupa un puesto prominente. En nuestra delicuescente época, la historia es
presentada como una línea recta que conduce ineluctablemente a la sublimación
del ser humano a través de los avances técnicos y científicos. Un mal intelectual
que, de no estar tan extendido, podría despacharse con esa risotada de suficiencia
con que la verdad deja en evidencia a la mentira y la bondad destapa las
vergüenzas de la maldad. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Tras el progresismo – así llamaremos a este mal intelectual
– subyace una entronización del determinismo y una consecuente negación de la
libertad humana. Quien afirma que el mero transcurso del tiempo implica,
inevitablemente, una mejora de la salud moral de la sociedad rechaza que el
hombre, con su libertad, sea el principal actor de la historia; rechaza, en
definitiva, que el ser humano pueda alterar el curso de los acontecimientos. El
progresismo, en tanto que determinista, es la más deshumanizadora de las
ideologías, pues no acepta la misma esencia del hombre. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">El progresista que lleva sus creencias hasta las últimas
consecuencias niega que el hombre sea libre de elegir entre bien y mal, entre
mejora y deterioro, entre verdad y mentira o entre justicia e injusticia. Le
torna en marioneta de una obra de teatro cuyo desenlace ya está escrito; en
animal que no sólo no puede aspirar a cambiar el mundo, sino que se sabe
incapaz de cambiar a su propia familia. Así, lo sumerge en un paradójico y
alienante pesimismo que tiene en el suicidio su más lógico final. Y es que,
para alcanzar la plenitud, el ser humano necesita encontrarle un sentido a su
existencia; necesita sentirse parte de un proyecto que pueda mejorar - o empeorar - con sus
libres y creativas acciones.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Por fortuna, la mayor parte de quienes apelan al progreso
como algo inevitable, como mero resultado del paso del tiempo, no han
examinado con detenimiento el verdadero significado de sus palabras. Si lo
hiciesen, si de verdad llegasen a la conclusión de que las acciones del hombre ni son libres ni tienen influencia alguna en el devenir histórico, se tumbarían en la cama
y, pacientes, aguardarían a que el progreso salvara el mundo. <span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-73757388842408699882017-10-08T09:53:00.001-07:002017-10-08T11:26:35.516-07:00El trabajo y la plenitud vital<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="color: #b45f06;"><i><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Con el trabajo, el hombre pone su talento al servicio del prójimo; con el trabajo, el hombre desarrolla (o debería) su creatividad y su sentido de la belleza; con el trabajo, el hombre aleja de sí a Satanás, que encuentra en nuestro ocio su paraíso </span></i></span></blockquote>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">A ninguno de mis brillantes lectores se le escapa que muchos de los oficios hogaño desempeñados por personas serán, en un futuro más próximo que lejano, llevados a cabo por robots. Este hecho, del que sólo parecen hablar economistas de izquierdas y pensadores con honda conciencia comunitaria, debería en verdad turbar a todo hombre preocupado por su porvenir. No en vano, la plaga no sólo afectará a aquellas actividades de carácter eminentemente práctico, sino también a aquellos oficios que requieren de cierto ejercicio intelectual por parte del trabajador (ya hay robots que redactan noticias).</span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
<div style="text-align: justify;">
Como hasta un infante podría deducir, la consecuencia de esta entrada de la inteligencia artificial en el mercado laboral será una mayor e inexorable concentración de la riqueza. El paro crecerá, los salarios se reducirán y los empresarios amasarán una opulenta fortuna, pues poseerán tanto los medios de producción como la mano de obra. Ante esta situación, la clase política de los países occidentales no habrá sino de institucionalizar un sistema de limosnas que permita subsistir a esa masa social privada de su sueldo y de su trabajo y que, al tiempo, refrene las ansias revolucionarias.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esta ominosa predicción, que de cumplirse constituiría el fin de la clase media, sólo podría evitarse alterando nuestra hodierna concepción del trabajo. De percibirlo como un costoso lastre del que el empresario ha de prescindir para maximizar sus beneficios – o de una onerosa y opresiva obligación – , debemos pasar a concebirlo como un sendero que el hombre tiene que atravesar, necesariamente, en su camino hacia la vida plena. Con el trabajo, el hombre pone su talento al servicio del prójimo; con el trabajo, el hombre desarrolla (o debería) su creatividad y su sentido de la belleza; con el trabajo, el hombre aleja de sí a Satanás, que encuentra en nuestro ocio su paraíso. Es por ello por lo que privar al ser humano de él, de la faena cotidiana, se antojaría tan nocivo para su espíritu como pernicioso sería para su cuerpo privarle de agua.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por otro lado, y derivado de esto, eludir la masiva entrada de la inteligencia artificial en el mercado laboral exigiría un cuestionamiento de la esencia misma de la modernidad, que no estriba sino en la asunción de que la naturaleza humana debe adaptarse a las condiciones. Si anhelamos preservar un sistema social justo, habremos de recuperar la medieval idea de que son las condiciones las que han de adecuarse a la naturaleza humana; de que el modelo económico, y no al revés, debe estar al servicio del hombre, ese extraño ser que sólo puede encontrarle sentido a su existencia poniendo sus talentos al servicio de algo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando aceptemos el carácter dañino de los modelos económicos que no se amoldan a la naturaleza humana y reconozcamos que el trabajo es un medio indispensable para alcanzar la plenitud vital, concluiremos que privar a más de la mitad de los hombres del trabajo constituiría uno de los más graves crímenes jamás perpetrados.</div>
</span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-47712828560984312017-09-03T04:28:00.000-07:002017-09-03T05:12:40.629-07:00Por un patriotismo irracional<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="color: #b45f06;"><i><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">El amor por la patria debiera ser como el amor que el padre profesa a su hijo; un amor incondicional, que no atienda motivos o razones</span></i></span></blockquote>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Si algo hemos de agradecerle a
los secesionismos catalán y vasco, es que ponen de manifiesto a diario la
contumaz torpeza de una clase política española que se halla anclada en ese
afán de suicidio llamado cortoplacismo. Ante los constantes desafíos de la avara burguesía catalana (y de esa izquierda exaltada y maloliente que le hace
el trabajo sucio), nuestros políticos, sin apenas distinción de partidos, se
afanan en enumerar motivos, razones, por los que Cataluña debería permanecer en
España, unidad política generalmente motejada como ‘Este País’. Así, disertan,
con esa irritante petulancia que sólo el ignorante puede exhibir, sobre lo
desconcertante de que un grupo de personas quiera destruir una nación
grandiosa, democrática, próspera y estupenda como España. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Quien haya leído a Chesterton
advertirá al instante la debilidad de esta viciada argumentación: que abre la
puerta a que España sea descuartizada cuando deje de reunir las condiciones
citadas. Cuando nuestra patria deje de ser democrática, el separatista catalán
o vasco de turno reclamará una inmediata ‘desconexión’. Cuando deje de ser
próspera, habrá ingentes liberales que divaguen sobre la conveniencia de
disolverla. Cuando deje de ser grande, no quedará nadie que defienda el
imperativo moral que preservarla constituye. Y esta tragedia será
responsabilidad de quienes, durante años, predicaron una suerte de amor
racional.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">El amor por la patria debiera
ser como el amor que el padre profesa a su hijo; un amor incondicional, que
no atienda motivos o razones. Un vástago, como un progenitor, no es amado por
su estatura, su inteligencia, o por su habilidad para tal o cual deporte. Es
querido por el mero hecho de que existe. Del mismo modo debería ocurrir con la
nación, que es una realidad que nos viene dada; una realidad que deberíamos
afanarnos en perfeccionar cada día.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Nuestra patria sólo pervivirá
si a los niños – ya sea en las escuelas o en casa – se les enseña a amarla
incondicionalmente, cual si de un regalo divino se tratara. No debemos amar
España porque sea grande, democrática o próspera, sino por el mero hecho de que
es española. Y, cuando amemos a España por ser española, se tornará grande,
democrática y próspera. <span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-33262711757564976782017-06-12T12:45:00.000-07:002017-06-12T12:45:03.406-07:00El problema es Europa<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">El 3 de junio, cuando el sol
ya había caído y la luna se había adueñado de la ciudad del Támesis, el grito
que todos los europeos temen – ‘Alá es grande’ – volvió a resonar en uno de los
lugares en que ha venido resonando con mayor asiduidad y estruendo. Tres
musulmanes, con la determinación propia de quien cree estar cumpliendo el
designio divino, arrollaron, sirviéndose de una furgoneta, a tantos viandantes
como pudieron e, inmediatamente después, acuchillaron a todo infiel que se
interpuso en su camino. Los yihadistas perpetraron tamaña carnicería sin
piedad, pues ésta es una virtud esencialmente cristiana; sin hacer distinciones
entre hombres y mujeres, pues éstos, en caso de no creer en Alá, son igualmente
indignos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">Relatado esto, erraríamos si
concluyésemos que el hodierno problema reside exclusivamente en el islam. Y es
que los atentados están siendo perpetrados en una Europa que, con el paso de
los años, se ha tornado en un gran geriátrico que observa eso de reproducirse
como el estúpido atavismo de un tiempo superado; en una Europa que, contaminada
por la ingeniería social que políticos e intelectuales pergeñan desde la
comodidad de sus despachos, ha desmantelado la tradicional estructura familiar
y, por tanto, la más primitiva forma de comunidad humana. Los yihadistas atacan
a una sociedad que reniega de la virtud y en la que el placer es percibido como
única fuente de felicidad; a una sociedad que se ha sublevado contra sus
propias raíces y que exhibe excesiva tolerancia para con las ajenas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">Europa ya se ha enfrentado al
islam: el Siglo XVI y una buena parte del XVII constituyeron un ininterrumpido
asedio otomano. No obstante, la situación era, entonces, mucho más
esperanzadora para la civilización, pues los motivos por los que morir eran
evidentes: religión, patria, familia… La lucha contra el sarraceno merecía la
pena a ojos de un europeo que no quería renunciar a adorar a su Dios. Hogaño,
desmanteladas esas grandes ideas que enardecían los corazones de nuestros
ancestros, el hombre occidental no tiene más ideas que defender que la
democracia, el derecho a la pornografía y los derechos elegetebé, base de su
endeble construcción cultural. Y, como se podrán imaginar, tales valores no
mueven sino a la inacción y a la pasividad; nadie entregaría su vida por un
simple sistema político, y mucho menos por el ‘derecho’ a cambiar de sexo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">A Roma no la derribaron los
bárbaros, sino la decrepitud moral de los romanos. Cualquier reacción contra el
islam que no pretenda eliminar el legado posmoderno – que es precisamente el
que ha hecho de la media luna una amenaza para nuestra supervivencia – no será
más que la pataleta de un infante ante una situación que le disgusta. <span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-24846865640522434582017-05-27T08:43:00.000-07:002017-05-27T08:45:43.549-07:00Por una economía al servicio del hombre corriente<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;">Por
toda Europa están emergiendo partidos políticos que denuncian los efectos
perniciosos de los movimientos migratorios masivos y de la globalización para
las clases medias y bajas occidentales. Estos partidos, que han hecho de la
defensa del Estado- Nación su más representativa bandera, son motejados por las
formaciones tradicionales – las sistémicas – de ‘populistas’ y ‘extremistas’.
No obstante, merece la pena preguntarse cuáles son los motivos que los han
alzado, pues los movimientos políticos no son producto de mentes arbitrarias
que repentinamente deciden crear un sistema de ideas, sino que responden
realidades sociales concretas. Así, el comunismo nació cuando los obreros, como
consecuencia de sus miserables condiciones laborales, deseaban volver a ser
vasallos; así, el fascismo surgió cuando las ideas liberales eran
constantemente cuestionadas como resultado de la I Guerra Mundial y sus efectos
colaterales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;">Hace
unos años, el obrero occidental se ganaba la vida en una fábrica y tenía un
salario digno con el que podía mantener a dos o tres vástagos. Además, la
posibilidad de que lo despidiesen se le antojaba remota. Hoy, ese mundo de
justicia social y de estabilidad se ha desvanecido. O, mejor dicho, ha sido
destruido por una cosmopolita plutocracia que ha percibido en la globalización
una pintiparada oportunidad de hacer negocio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;">En los
últimos treinta años, las deslocalizaciones industriales se han sucedido como
disparos en un tiroteo. Las empresas descubrieron en Asia mano de obra barata
con la que reducir los costes de producción y, en un contexto en el que no
había más monarca que el dinero, no dudaron en dejar a sus trabajadores
occidentales con una mano delante y otra detrás. Para percatarse de tamaña
tragedia, basta con echar un vistazo a las otrora ciudades industriales de
Ohio, Pensilvania y Wisconsin: nada queda ahí de ese mundo humeante que a casi
todos daba trabajo. Y es que ese mundo humeante emigró a tierras donde los
gobiernos le permiten esclavizar a los trabajadores. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;">Insatisfechos
con sus deslocalizaciones, los plutócratas, que son quienes en verdad nos
gobiernan, han promovido movimientos migratorios masivos desde países del
tercer mundo – especialmente islámicos – hacia los países occidentales. El
propósito es igual de ominoso: abaratar la mano de obra. ‘Como los inmigrantes
están dispuestos a trabajar por cualquier salario, contratémoslo. Y al
trabajador autóctono, que le den’, piensan. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;">La
consecuencia de todo esto es una clase media occidental proletarizada; unos
obreros forzados a competir con asiáticos que trabajan dieciséis horas al día
por cuatro duros y con inmigrantes que están dispuestos, naturalmente, a
aceptar los sueldos más indignos. En este contexto, parece lógico que los
trabajadores medios opten por apoyar a esos partidos que plantean una
alternativa a ese sistema que los ha arruinado; a ese sistema que, para
beneficiar a unos pocos, los ha despojado de todo cuanto tenían. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;">Algunos
plantean, cegados por un inhumano dogmatismo, que los occidentales debemos
adaptarnos a las nuevas condiciones económicas y, por tanto, avenirnos a cobrar
menos y a trabajar más. Ése es el único modo, dicen, de salvarnos del feroz
oleaje de la globalización y el libre comercio. No obstante, la ilegitimidad de
este razonamiento es manifiesta, pues trata de acomodar el alma humana a las
condiciones; supedita el alma humana a un modelo económico concreto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 130%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;"><o:p></o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 130%;">El
hombre, como piedra angular de la creación divina, debe ser el centro de todo
modelo económico. Es la economía la que debe adaptarse al espíritu humano, y no
al revés. Si el libre comercio y la globalización son malos para el hombre,
peor para el libre comercio y la globalización. <span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-88834070848387801452017-02-14T00:31:00.000-08:002017-02-14T00:31:52.063-08:00El PP de Mariano<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 102.75pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">Al
fin, después de tantos años, se ha celebrado este fin de semana el tan anhelado
décimo octavo congreso del Partido Popular. Algunos esperaban ingenuamente que
éste marcase un antes y un después en la formación, pero lo cierto es que su
celebración ha sido fútil, pues nada ha cambiado tras él: se ha reafirmado el
poder omnímodo del prócer supremo y se ha obviado todo debate ideológico.
Además, el tedioso congreso ha consolidado la conversión del PP en un cártel cuyo
único fin – para el que todo medio es válido, incluso la traición a los propios
principios – es el poder. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 102.75pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 102.75pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">No ha
mutado con este congreso la esencia del PP marianil, que no es sino el lacayuno
servilismo al mundo posmoderno. Con Rajoy, el PP ha dejado de ser, en materia
social y moral, el PSOE con diez o quince años de retraso (como era antes) para
tornarse en vanguardia española de los postulados de la ideología de género en
particular y del marxismo cultural en general. A pesar de mantener el cínico
apellido de ‘humanista cristiano’ (con propósitos puramente electorales),
defiende ufano el aborto, el matrimonio homosexual y la imposición de la
ideología de género en las aulas, así como abre la puerta – a la espera de que
una comisión de ‘expertos’ se pronuncie – a la eutanasia y a los vientres de
alquiler. Todo ello auspiciado por una masa de votantes que cada domingo,
paradójicamente, se arrodilla en las iglesias rogando a Dios un mundo mejor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 102.75pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 102.75pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">También
ha abjurado el PP de Rajoy, acríticamente ovacionado en un congreso devenido en
masaje filipino al líder, de la defensa de España misma. Y es que, para aquél,
el secesionismo catalán es un mero problema económico, y la consecuencia lógica
de las declaraciones de sus más egregios miembros es la disolución de España,
una de las tres o cuatro naciones que ha hecho la historia, en ese tiránico superestado
que hogaño constituye la Unión Europea. De hecho, no hace demasiado tiempo el
jaleado mandatario popular aseveraba, en un reprobable afán de congraciarse con
los detractores de Trump, su rotunda oposición a las fronteras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 102.75pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 102.75pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 102.75pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">La
dura realidad es que el Partido Popular, con su giro hacia la izquierda, ha
tornado la política española en una gran farsa; una gran farsa en la que la
pluralidad, elemento indispensable de toda democracia liberal, ha pasado a
mejor vida. Y es que, por obra y gracia del PP, todas las personas que sientan
sus posaderas en el Parlamento piensan igual en cada uno de los grandes temas
que se están discutiendo en el Occidente hodierno. Así, todos, desde Podemos
hasta el PP pasando por los adanistas de Ciudadanos, son proclives a ceder
soberanía nacional a entidades supranacionales, prefieren inmigración antes que
natalidad y se pliegan ante los principios del progresismo moral. Manteniendo,
eso sí, un aspaventero debate en los asuntos accesorios; no vaya a ser que el
votante se percate de que su democracia ha devenido en despotismo.<span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0España40.463667000000008 -3.749220000000036614.533696500000008 -45.057814000000036 66.393637500000011 37.559373999999963tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-56078796618122139942017-01-20T01:20:00.002-08:002017-01-20T01:31:24.737-08:00Trump o el triunfo del hastío<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">A pesar del pronóstico de las
encuestas, que ya han hecho del error su estado de naturaleza, Trump se impuso
en unas elecciones estadounidenses devenidas en marcha triunfal. Y el
empresario lo logró a pesar de la unánime oposición de los medios de
comunicación estadounidenses, que se sirvieron de los ardides más inmorales
para compeler sutilmente a sus lectores a votar por Hillary Clinton, mujer asediada
por unos casos de corrupción que habrían tumbado la candidatura de cualquier
otro postulante a la Casa Blanca. Nuestros avezados analistas se han afanado en
explicar en las últimas semanas, con exasperante suficiencia, tamaña epopeya:
“Los americanos han votado a un candidato poco preparado del que sólo se conoce
su racismo y su misoginia”, han dicho, sesudos. Sin embargo, lo cierto es que
el motivo de la victoria electoral de un personaje como Trump es mucho más
simple; tanto es así que es susceptible de sintetizarse en una sola palabra: hastío.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Los modos desafiantes de Trump
congeniaron desde el principio con ese americano medio hastiado de la
corrección política. No en vano, si algo ha caracterizado durante la campaña al
ya presidente electo de EEUU, es ese compromiso – tan displicente para el mundo
hodierno – de llamar a las cosas por su nombre, de denunciar lo que antes la
sutil tiranía de la corrección política impedía denunciar. Este desafío al
orden de las cosas, esta revolución, libró al pueblo estadounidense del temor
al estigma (la hoguera del mundo actual). En definitiva, con Trump lanzando
rompedoras arengas desde el atril, todos esos insultos con que el pensamiento
único vitupera al discrepante – fascista, xenófobo, machista, extremista – se
antojaban inocuos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">¿Y de quién emana el discurso
políticamente correcto? Sobre todo, de la prensa. El hartazgo de la sociedad
estadounidense hacia ésta es tal que cuanto más furibundo era el ataque de los medios
a Trump, más respaldo popular parecía recibir éste. Estas elecciones serán recordadas
como aquéllas en que se dio sepultura a la indispensable ligazón entre prensa y
sociedad, como aquéllas en que los medios dejaron de ser retrato fidedigno del
pueblo. Mientras más de doscientos periódicos respaldaron públicamente a
Clinton durante la campaña, sólo seis apoyaron a quien luego resultó elegido
presidente. La anomalía es manifiesta. La dura realidad es que Trump no ganó
las elecciones a pesar de las críticas de los tan desacreditados
medios de comunicación, sino precisamente gracias a éstas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">La última esquina de este
triángulo del hastío son las élites políticas, punta de lanza del establishment
estadounidense. La campaña de Trump tuvo como eje la crítica a unos políticos
que han dejado de servir a la gente para servir a los intereses del globalismo,
ese movimiento que pretende dinamitar los estados-nación y constituir lo que
Soros (gran benefactor de Clinton) denomina “gobierno mundial”. Y, de nuevo,
este mensaje caló en un pueblo harto de que el “establishment” le propine puntapiés
en las posaderas a base de leyes de ingeniería social, tratados de libre
comercio, olas de inmigración y deslocalizaciones industriales. La oposición a
esto último, por ejemplo, permitió al magnate ganar la batalla electoral en
Michigan y Pensilvania, estados cuya antaño pujante industria ha quedado
desmantelada por ese reprobable afán de las grandes corporaciones de abaratar
la mano de obra de cualquier manera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">La victoria de Trump es,
en cualquier caso, sólo uno de los primeros síntomas del triunfo de la política
del hastío. Y es que, este año, el Frente Nacional tratará de conquistar
el poder en una Francia devastada por el multiculturalismo. Si lo consigue, ya
dispondremos de indicios suficientes para pensar que el hielo de un invierno demasiado
largo e inclemente comienza a derretirse, tal y como ocurrió en Narnia cuando
Aslan regresó para destruir el reino de terror de la Bruja Blanca.</span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-59942251057391949612016-11-30T06:58:00.001-08:002019-01-09T08:45:09.782-08:00La farsa de la tolerancia<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Uno de los vocablos más
pronunciados en el delicuescente mundo occidental es el de “tolerancia”.
Lo que, según Chesterton, no es más que la virtud del hombre sin principios es
elevado, al menos aparentemente, por la corrección política y sus apóstoles a
la condición de virtud suprema; virtud de la que emanan todos los valores
democráticos, que no son sino el substitutivo pagano de los diez mandamientos.
Sin embargo, a nadie se le escapa que nuestra época – quizá como todas – quiere
perpetuar su cosmovisión y que, por tanto, centra todos sus esfuerzos en
impedir que florezcan las ideas más perniciosas para aquélla. De este modo, el
mundo contemporáneo, al que su proclamada superioridad moral no le permite
servirse de los métodos tradicionales de censura, ha ideado eficaces y sutiles
formas de proscribir las ideas más inactuales: el estigma intelectual, la
marginación social, el descrédito…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">A poco que uno trate de
comprender la posmodernidad y a sus elites intelectuales, se percatará de que
una de sus grandes características es, paradójicamente, la intolerancia. La
intolerancia con aquéllos que persiguen cambiar lo esencial de nuestro mundo;
con aquéllos que no comulgan – y no tienen reparo en decirlo – con los tres pilares que sustentan el pensamiento dominante hodierno: el globalismo (y el
consecuente desprecio por los estados-nación), la ideología de género y el
materialismo. Así, quien discute estos grandes dogmas – erigidos,
sorprendentemente, en época de relativismo – es inmediatamente confinado al
ostracismo social por los medios de comunicación; o, en el mejor de los casos,
despachado con una sardónica sonrisa de condescendencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">En cualquier caso, el Tribunal
de la Santa Corrección Política, tan maquiavélico como la serpiente, disimula
el fuego de su hoguera repartiendo tolerancia, como se reparten caramelos en la
fiesta de cumpleaños de un chiquillo, a quienes discrepan de su cosmovisión sólo
en lo accesorio. Tolera – y alaba – a los grandes tiranos comunistas (tengamos
presente que vivimos oprimidos por el yugo del marxismo cultural); tolera a los
ultraliberales – progres de derechas -que quieren acabar con toda prestación
social (son útiles para dinamitar los estados-nación y fomentar los movimientos
migratorios masivos); y tolera a ese cristiano modosito y modernísimo que desea
“adaptar la Iglesia a los nuevos tiempos” (por ejemplo, éste, aunque tratará de
combatir el aborto, concluirá que debe respetar los designios de las mujeres:
“yo no lo haría, pero…”). Emergen, así, ideas que parecen contrarias al
sistema, pero que en verdad son parte de la alfalfa sistémica con que los
promotores del pensamiento único ceban al rebaño.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Desengañémonos. Las constantes
apelaciones a la tolerancia que emiten nuestros próceres espirituales no son más que una farsa; una farsa representada con objeto de que las masas adocenadas
no caigan en la cuenta de que viven en una tiranía. <span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-84403199124027927882016-11-22T01:12:00.000-08:002016-11-22T23:51:04.976-08:00Fernando Paz: "Las bases sobre las que se celebró el proceso de Núremberg estaban contaminadas"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpaYlv9NjpQpk1cmxE7grMk8THJ0t7UONb4gLbseG2pGQOgbjYg1d8HoNXaBEC-N7XJbaGopkcMxSJL38nsSksDkp19b89haKirZhGI5wyXEpuN-MDLNla7kMwvcSmsOqUAbz3rqSAcuSP/s1600/IMG-20161117-WA0002.jpg" imageanchor="1"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpaYlv9NjpQpk1cmxE7grMk8THJ0t7UONb4gLbseG2pGQOgbjYg1d8HoNXaBEC-N7XJbaGopkcMxSJL38nsSksDkp19b89haKirZhGI5wyXEpuN-MDLNla7kMwvcSmsOqUAbz3rqSAcuSP/s400/IMG-20161117-WA0002.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Antes
que contertulio en <i>El Gato al Agua</i>,
Fernando Paz es un brillante historiador especializado en la II Guerra Mundial.
Hombre al que Dios dotó, entre otros muchos talentos, de una memoria prodigiosa,
Paz recoge en <i>Núremberg, juicio al
nazismo </i>(su nueva obra) el ambiente que envolvió el proceso judicial más
controvertido de la historia, así como los grandes temas que en él se manejaron.
Y lo hace aunando, por supuesto, el rigor intelectual propio del
académico y el estilo ágil y sencillo que caracteriza al divulgador. <i>Mi Torre de Marfil</i> conversa con él sobre
las tremendas convulsiones que agitan el mundo hodierno y sobre su nuevo trabajo,
que será recordado como un terremoto que hizo tambalear los frágiles pilares
sobre los que se asienta la versión oficial de Núremberg.<span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">¿Por qué se decantó por
este tema en concreto, al margen del 70 aniversario de los juicios de Núremberg?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Desde siempre, esta parte
de la historia universal me ha atraído mucho y de hecho yo creo que es una de
las razones por las que me dediqué a la Historia. La época de la IIGM es mi
especialidad, por llamarlo de alguna manera. Me salió la
oportunidad a partir de conversaciones con la editorial. Yo me acerqué a ella
con otro propósito y al final me acabaron pidiendo este libro; libro que he escrito con un enorme agrado por eso, porque es un terreno que me
resulta muy familiar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">¿Qué es lo novedoso que
aporta su libro con respecto a otros que se han publicado sobre el mimo tema?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">En primer lugar, aunque el
libro maneja la bibliografía que se ha publicado en español y también la mayor
de la que se ha publicado en inglés, está hecho directamente sobre las actas
del juicio. 16.000 folios, lógicamente en inglés, que recogen los
interrogatorios que se produjeron a lo largo del juicio por parte de los
fiscales, abogados, etc. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Por otro lado, creo que
ofrezco un enfoque distinto; un enfoque no estrictamente jurídico, sino más
temático, respetando menos la cronología de los acontecimientos y yendo más a
los temas que allí se manejaron. Creo, además, que ha pasado suficiente tiempo
como para que nos planteemos con honestidad intelectual y con rigor las cosas
que allí sucedieron. Y algunos de los hechos que acaecieron en Núremberg, desde
la perspectiva actual, pueden ser muy llamativos. En ésas me centro en la primera
parte del libro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">El juicio de Núremberg, en
definitiva, tal y como el fiscal Jackson dijo, era la prolongación del esfuerzo
de guerra aliado. Y bien haríamos en no olvidarlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">¿Núremberg fue la máxima
expresión de la justicia o la tumba de la justicia?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Es complicado. Yo creo que
es una cosa un poco intermedia. Termina la IIGM y los vencedores se plantean
qué hacer con los vencidos. Se plantean, por ejemplo, fusilarlos…<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Stalin propuso fusilar a
50.000…<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Sí, y Roosevelt estuvo de
acuerdo con la propuesta. Por su parte, Churchill no contempló fusilar a tanta gente, ni mucho menos, pero sí fusilar a los responsables sin juicio previo.
Luego Churchill cambió de postura y se desdijo… Yo creo, sinceramente, que el
juicio de Núremberg tiene una parte de justicia, pero tiene una parte muy
grande injusticia y ésa es una de las cosas que también trato en el libro. En
cualquier tribunal nadie aceptaría como válido el que un juez no permitiese que
se adujesen testimonios por el hecho de que perjudicasen a los intereses de su
causa. Consideremos el caso de las fosas de Katyn: unos 20.000 polacos
asesinados. En el juicio se demuestra palpablemente que no fueron los alemanes
y no se siguió investigando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Y otro caso fue el de
Noruega, que fue invadida por los nazis, pero cuya invasión ya había sido
planeada por los aliados.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Los alemanes se
adelantaron 48 horas a la invasión aliada de Noruega. Alemania no tenía ninguna
intención de llevar la guerra a Noruega. Había tenido la oportunidad en otoño del
39 incluso de hacerse con el gobierno noruego, pero Hitler no quiso. Lo que sí
quería era proteger el hierro de Suecia que salía por el puerto de Narvik y
llegaba al norte de Alemania, esencial para la industria de guerra alemana.
Bien es verdad que, unos meses después, el hierro sueco no fue tan importante
porque se apoderaron de las minas de Alsacia y Lorena al vencer a Francia. De
hecho, la operación aliada es concebida como un medio para cortar ese flujo del
hierro sueco. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Así, los aliados tuvieron
un problema muy serio. No podían acusar a los alemanes de invadir Noruega
porque éstos disponían de documentación que demostraba que los aliados habían
urdido un plan para invadirla también. Pero claro, acusar a Alemania de todas
las invasiones salvo de esa sonaba un tanto extraño. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Cuando pienso en los
juicios, me viene a la mente el concepto de justicia de Trasímaco. Esa justicia
que no es más que un medio para aumentar el poder de los fuertes y mantener
sometidos a los débiles. ¿Núremberg fue una pantomima?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">En
honor a la verdad,</span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"> el comportamiento de los jueces fue bastante digno, por
lo que no diría yo que en la actitud del Tribunal se produjese una pantomima.
No obstante, es cierto que con algunos de los casos citados antes no fue así.
Por lo tanto, yo no lo calificaría de farsa, pero sí es verdad que las bases
sobre las que se celebró el Juicio estaban ya contaminadas. Creo que, acerca de
eso, hay muy poca duda; entre otras cosas porque algunas de las imputaciones
sobre los alemanes no estaban tipificadas como delito con su correspondiente
pena. Por ejemplo, la guerra de agresión no estaba considerada como un delito
y, además, de haberse considerado como tal, todos los acusadores habrían debido
estar también imputados por él.<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Toda la legislación sobre
ese tema es posterior, ¿no? Se habían firmado tratados, pero no había ninguna
pena tipificada. <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Exacto. Con lo cual, no
tenía más valor que el de la condena puramente moral. Apelar a una legislación
sin penas tipificadas y sin capacidad coercitiva tiene poco sentido. Había
delitos que sí se podían arbitrar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Pero por un tribunal
ordinario.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span class="Ninguno"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Claro,
por un tribunal ordinario, no por uno internacional. El gran problema del
Juicio de Núremberg es que lo ejercieron los vencedores sobre los vencidos. No se
juzgaron crímenes de guerra, los hubiese cometido quien los hubiese cometido,
sino que solamente se juzgaron los crímenes perpetrados por los derrotados.
Esto es, los alemanes. Desde cierto punto de vista, es una burla a la justicia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Por tanto, fue un juicio
parcial.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span class="Ninguno"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Fue un juicio evidentemente parcial. Sobre eso yo creo que hay pocas dudas. Se
podrían haber investigado todos los crímenes de guerra, o bien se podría haber
hecho por parte de países neutrales, o bien por tribunales integrados por
todos.</span></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span class="Ninguno"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span class="Ninguno"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="color: #b45f06;">"La guerra era lo último que le interesaba a Hitler en 1939"</span></span></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">¿Por qué se descartó la
opción de que los alemanes fuesen juzgados por tribunales ordinarios?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Representaba un gran
problema. Por ejemplo, un crimen que hubiesen perpetrado los alemanes en Rusia
sobre población polaca. El problema de la territorialidad fue muy grande, sin
duda ninguna, y se solventó por medio de la creación el tribunal militar
internacional. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">En el libro sugiere que la
acusación de conspiración contra la paz tenía poco fundamento.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Desde el punto de vista
jurídico, no existía tal cargo. Y, desde el punto de vista histórico, Hitler
nunca quiso una segunda guerra mundial. Su planteamiento era, como mucho, llegar
a una guerra con la Unión Soviética que fuese precedida por unos pequeños
conflictos en el este de Europa. A pesar de que Hitler escribiese en “Mi lucha”
su deseo de conquistar los espacios del este para asentar a la población
alemana, es más que probable que Hitler hubiera estado dispuesto a revisar sus
posiciones porque en el verano y el otoño de 1940 llegó a plantearse una
convivencia con la rusa soviética y repartirse ambos Oriente Medio, Europa y
Asia. Por lo tanto, las posiciones de Hitler no fueron nunca irrevocables, era
un hombre extraordinariamente adaptable en ese sentido. La guerra era lo último
que le interesaba a Alemania en 1939, más que nada porque no estaba preparada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Entonces, la acusación sobre
Von Neurath tampoco tenía demasiado sentido, ¿no?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Ninguno. Hay que entender
que Von Neurath era diplomático, ministro de exteriores, de una Alemania que,
en aquel momento, estaba revisando la política de Versalles, no preparando una
guerra mundial. En ese sentido, el grave problema de la acusación en Núremberg
es la forma que le dieron los americanos (Jackson). Era un disparate pensar
que, desde el principio, los nazis habían estado conspirando para para llegar a
una guerra mundial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span class="Ninguno"><b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Otra
acusación con exiguo fundamento fue la de Julius Streicher. ¿Cómo se explica?<o:p></o:p></span></b></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"> El problema de Streicher, furibundo
antisemita, es que era un hombre que suscitaba una enorme antipatía y,
lógicamente, no iba a encontrar a nadie dispuesto a defenderlo. Lo que hacía
Streicher, desde el punto de vista moral, resulta repugnante. Una cosa es eso y
otra, bien distinta, que acabara en la horca. Streicher dejó de tener
responsabilidad en agosto de 1940 y, por lo que sabemos, los planes más
concretos de exterminio tomaron forma en enero del 42. Sí es cierto que contribuyó a la gestación de
un clima general de antisemitismo, pero no fue ni el primero ni el último ni el
más importante. La publicación que dirigía, “</span><span lang="DE" style="font-family: "arial" , sans-serif;">Der
St</span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">ürmer” (“El Asaltante”), era una publicación desagradable
por muchas cuestiones, pero él no era responsable directo del exterminio. Ni
muchísimo menos.</span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh22eKLvnpQiC7vPsksw6nyY3gP7vcpvAz7TEwtVVyew-lavqRdbBM48MciGkIK6MaJFHQw6ZWBJwSf4fLBaQEZK0-7JTMNt0r7VqXTbEJ2glEAb5oQs7wZKA_3duZbwQ3GsU2SmcTuBVlH/s1600/IMG-20161117-WA0004.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh22eKLvnpQiC7vPsksw6nyY3gP7vcpvAz7TEwtVVyew-lavqRdbBM48MciGkIK6MaJFHQw6ZWBJwSf4fLBaQEZK0-7JTMNt0r7VqXTbEJ2glEAb5oQs7wZKA_3duZbwQ3GsU2SmcTuBVlH/s320/IMG-20161117-WA0004.jpg" width="312" /></a><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"> </span><b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Los de Charlie Hebdo
también habrían acabado en la horca, entonces.</span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Efectivamente. El otro día
en una entrevista citaba yo justamente ese ejemplo. Sería como condenar a
muerte hoy a los trabajadores de Charlie Hebdo; revista que a una gran parte de
la gente le resulta profundamente repugnante. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Una de las estrellas del
juicio fue Göring. Dice usted que su última victoria fue el suicidio…<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Sin duda ninguna. En los
juicios hubo dos estrellas entre los alemanes, que fueron Speer y Göring. Speer
era una persona tremendamente inteligente cuyo don de gentes le valió para
ganarse al tribunal, atraerlo a su posición y, como consecuencia, salvar la
vida. Y eso que tenía, desde el punto de vista militar, mayor responsabilidad
que muchos de los ahorcados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Y luego tenemos el caso de
Göring, un hombre extraordinariamente brillante. Los americanos cometieron un
error con él al retirarle la morfina que tomaba desde hacía 23 años a raíz del
Putchs de Muchich, cuando sufrió una herida. Al retirarle la morfina, el viejo
héroe de la época gloriosa de la lucha por el poder de los nazis reverdeció,
convirtiéndose en un peligro público. Incluso logró atraerse la simpatía del
Tribunal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="color: #b45f06;">"Henry Morgenthau, secretario de Estado de Estados Unidos durante la IIGM, propuso la aniquilación de los alemanes con toda seriedad"</span></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Además, Göring se
aprovechó de su conocimiento del inglés…<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Claro. Göring era muy listo.
Entendía muy bien el inglés. Así, cuando el fiscal Jackson le formulaba las
preguntas en ese idioma, él esperaba a que las tradujeran al alemán. No para
entenderlas, sino para disponer de más tiempo para meditar la respuesta. En
cambio, Jackson no comprendía el alemán y Göring le dejó en evidencia en
bastantes ocasiones. Quizá no era el fiscal ideal, pese a estar muy valorado en
Estados Unidos, para el proceso de Núremberg.<span class="Ninguno"><b><o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span class="Ninguno"><b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Si
Núremberg hubiese sido un juicio imparcial, ¿Henry Morgenthau habría sido
juzgado allí por sus acciones y propuestas?<o:p></o:p></span></b></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Desde luego. Henry
Morgenthau, secretario de Estado de EEUU por aquel entonces, propuso con toda
seriedad la aniquilación de los alemanes; aniquilación que debía llevarse a
cabo, según él, esterilizando a los varones y obligando a las mujeres alemanas,
por tanto, a engendrar con gente venida de otros pueblos. Lo más grave del
asunto fue que </span><span lang="NL" style="font-family: "arial" , sans-serif;">Roosevelt</span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"> acogiera su iniciativa con
entusiasmo. En ese sentido, fue también uno de los cerebros de la política que
se practicó después de la IIGM y que le costó la vida a cientos de miles de
alemanes. El Plan Morgethau no se aplicó a rajatabla, pero sí en parte. Él no
era mejor que algunos líderes nazis. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">En la primera parte del
libro, afirma que Churchill no sólo era antinazi, sino que también había en él
una pulsión antigermana. <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Ciertamente<b>.
</b></span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Churchill fue antialemán hasta el absurdo; él mismo
-porque era inteligente y cuando lo eres el fanatismo suele durar poco- se dio
cuenta, hacia el final de la guerra, de lo que estaba sucediendo y de aquello a
lo que su antigermanismo había contribuido: a prolongar la guerra
innecesariamente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">En este sentido, cabe
apuntar que la IIGM no comenzó por ninguna razón moral: el tema de los judíos
no pinta absolutamente nada en esto y otras cuestiones, como la defensa de la
democracia, tampoco. Empezó por una
cuestión de pura geoestrategia. Gran Bretaña, desde Isabel I, había venido
desarrollando una política realista que consistía en que en el
continente europeo hubiera un equilibrio de poder – sin que ningún Estado
sobresaliese - mientras ellos se ocupaban del resto del mundo. De esa manera,
la hegemonía mundial no era disputaba por nadie. La Segunda Guerra Mundial
estalló, en parte, porque Alemania rompió el equilibro de Europa, Hitler dio
demasiados pasos y demasiado rápido <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">De hecho, Polonia, que es la
excusa o causa de la guerra, se la repartieron entre Alemania y la Unión
Soviética, y Gran Bretaña y Francia sólo declararon la guerra a Alemania. Pero
es que, a continuación, la Unión Soviética atacó Finlandia y tampoco le
declararon la guerra. Y en el verano de 1940 atacó a Estonia, Letonia y
Lituania y tampoco entonces decidieron los aliados declararle la guerra a la
URSS. Es evidente que los aliados no emprendieron la guerra por una cuestión
moral. Por tanto, hay que aceptar que la IIGM comenzó por una cuestión
geoestratégica. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">¿Por qué, desde el punto de vista de la
geoestrategia, a Gran Bretaña no le importaba que la URSS invadiese esos
territorios y sí que Alemania invadiese Polonia?</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Es
complicado de explicar. Cuando Göring se entregó el 5 de mayo de 1945, les
espetó a sus captores: “Habéis organizado una guerra para evitar que Alemania
entrase en el Este, y lo que habéis conseguido es tener a los rusos en el
Elba”. Los británicos trataron de evitar que Alemania se convirtiese en una
potencia hegemónica en Europa, pero no consiguieron evitar que lo URSS hiciese
eso mismo, porque se desataron una serie de fuerzas que fueron incapaces de
controlar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">En la primera parte del libro, cuenta que Churchill
tuvo oportunidades de alcanzar una paz con Alemania y acabar antes con la
guerra, pero no lo hizo…<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">En el
Consejo de Ministros del 27 de mayo de 1940 se planteó muy seriamente alcanzar
ese acuerdo. Finalmente no lo hizo porque pensó que se interpretaría como un
acto de debilidad. Lo cierto es que
llevó demasiado lejos su “germanofobia”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">¿Qué papel desempeñó Vansitartt en la
política exterior germanófoba de Churchill?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Un
papel básico. Tengamos en cuenta que en Gran Bretaña hay una serie de
funcionarios que permanecen, vayan o vengan los políticos. Ejemplo de esto, en
el Ministerio de Exteriores, eran Roberts, Mekins y el propio Vansitartt. Éstos
fueron de facto los que dirigieron la política británica. Vansitartt era un
furibundo “antigermano”. Iba más allá del odio al nazismo; el suyo era un
rechazo a lo específicamente alemán.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">De hecho, solían decir que el nazismo era
la máxima expresión del espíritu alemán, ¿no?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Eso
es. O sea, que pensaban igual que Hitler (Risas).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><span style="color: #b45f06;">"Comparar a Trump con Hitler es un disparate que no merece más que una sonrisa condescendiente"</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">¿La corrección política y
el miedo al estigma hacen difícil escribir sobre Núremberg con honestidad
intelectual? <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Rotundamente sí. Si te
importa mucho, mejor no lo hagas. Es un tema tabú, un tema del que no se
puede hablar y en el cual tratar de encontrar el punto que uno considera justo suscita
las peores sospechas. Además, muchos historiadores tienen miedo a las acusaciones porque hoy el
estigma social es más grave que nunca. <o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Como la hoguera, ¿no?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Así es, es el equivalente
contemporáneo a la hoguera. Y de hecho es un tema que nadie quiere tocar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="Cuerpo" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGrKZQCm7l0wR7CgmoD9aYBndx1712R69liRqkujgDpyexNRECM6gz-Jbcqetp6Zu0p-Tr5fSdL8idjzFOoAko0bzRzX0lKQTQnebWb_UncMCq73o_wpq5XWB_FPzGX_bk1grgrHcCXbFY/s1600/nuremberg-juicio-al-nazismo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGrKZQCm7l0wR7CgmoD9aYBndx1712R69liRqkujgDpyexNRECM6gz-Jbcqetp6Zu0p-Tr5fSdL8idjzFOoAko0bzRzX0lKQTQnebWb_UncMCq73o_wpq5XWB_FPzGX_bk1grgrHcCXbFY/s320/nuremberg-juicio-al-nazismo.jpg" width="320" /></a><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Hablemos del mundo actual. Hay gente que
compara a Hitler con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Es un
disparate que no merece más que una sonrisa condescendiente. Con Trump, se ha
mentido de forma abierta; si analizamos mínimamente las imputaciones que le
hacen los medios de comunicación, nos daremos cuenta de que son de risa. Y esto
ha ocurrido porque plantea algunas cosas que son muy dañinas para el “statu
quo”. ¿Por qué? Porque al final todo lo que está pasando en el mundo (soy
consciente de que es una simplificación) se puede reducir a un enfrentamiento
entre mundialistas y soberanistas. Aquéllos representan el “statu quo” y éstos
una rebelión contra él. Trump, al mostrar su propósito de proteger la industria
y a las clases trabajadoras estadounidenses, se está posicionando muy
claramente contra este proyecto guiado por Wall Street, los Clinton, Soros,
etc. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">También tildan de fascistas y nazis a los
partidos de derecha alternativa que están avanzando en Europa. ¿La situación
del Viejo Continente es una vuelta a los años 30 o el grito de los europeos
contra la corrección política y la globalización?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Lo
segundo, sin duda. Con las acusaciones que el sistema lanza sobre estos
partidos, lo que demuestran es el miedo que tiene. Indudablemente se trata de
partidos muy variopintos (Fidesz no tiene demasiado que ver con el Frente
Nacional francés) que muchas veces sólo tienen en común el soberanismo. Pero
esta conexión entre los partidos es la básica, sobre todo a ojos del poder
establecido. No es, ni mucho menos, la reedición de nada. El soberanismo y el
patriotismo han existido antes y después del fascismo. Eso no quita que en
estos partidos pueda haber partidarios del fascismo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">¿Por qué en España no triunfa ningún movimiento
de este tipo? ¿Por el complejo del franquismo, porque el PP tiene secuestrada a
la derecha social, por la presión que ejercen los medios de comunicación sobre
la sociedad…?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"> </span></b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">En la
pregunta está implícita la respuesta. Por todo eso. Hay factores que se van
debilitando con el paso del tiempo, pues las generaciones que van viniendo ya
no los sufren. Este es el caso del complejo del franquismo. Cabe mencionar
otros factores como la cultura política, que en España es muy baja. Hay dos
circunstancias, además, que en otros países han provocado el auge de estos
partidos y que en España no se han dado: por un lado, la inmigración islámica
masiva y, por otro lado, la eurofobia. Los españoles seguimos contemplando
Europa como ese mito del progreso. Sin embargo, esto va paulatinamente
cambiando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Nuestra época ha revivido algunas de las
peores cosas de la Alemania nazi, como la eutanasia y la eugenesia (con el
aborto). ¿Estamos legitimados para condenar el nazismo?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Sin
duda ninguna estamos reproduciendo algunos de los peores crímenes del nazismo.
De fondo, la posmodernidad comparte con el nazismo el desprecio a la vida
humana; considera, como éste, que hay vidas indignas de ser vividas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 85.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">La experiencia de los campos de concentración
vacunó al mundo durante un tiempo contra prácticas como la eutanasia y la
eugenesia; prácticas que, por cierto, eran anteriores al nazismo y se
practicaban en países como Estados Unidos y Suecia. Pasadas tres generaciones,
hemos perdido la memoria de ese horror y estas prácticas que se paralizaron
tras la Segunda Guerra Mundial se han recuperado como parte de la ideología
europea. <span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-54908849002647482572016-11-06T03:10:00.000-08:002016-11-22T04:12:59.363-08:00La travesía sueca de Su Santidad<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Llueve sobre mojado. Esta
semana el Papa Francisco ha estado en Lund (Suecia) celebrando el 500
aniversario de la Reforma luterana. Días antes recibió al tirano comunista
Maduro en el Vaticano. Semanas antes respaldó la claudicación del vanidoso
Santos ante la narcoguerrilla de las FARC, responsable de más de 200.000 muertes
y de ingentes violaciones y secuestros. Meses antes aseveró que el islam – en
cuyo libro sagrado se apela más de 250 veces a la violencia contra el infiel –
es una religión de paz. Un año antes pidió “perdón” a los hispanoamericanos por
los “crímenes” perpetrados por España en la conquista. Años antes, en uno de
estos coloquios de avión ya famosos por su condición tragicómica, estableció un
repugnante símil entre las madres que tienen muchos hijos (siguiendo las
enseñanzas de la Iglesia, por cierto) y los conejos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">La travesía sueca, sin embargo,
constituye el más grave error de todos los cometidos por Su Santidad. Y es que
ya no es achacable a su contumaz tendencia de decir lo primero que se le pasa
por la cabeza; ni siquiera a su desmedida ignorancia, impropia de un pontífice.
El Papa ha participado en la celebración de los 500 años de la Reforma con
plena conciencia de sus actos. Allí, plenamente consciente de lo que hacía, se
ha afanado en ensalzar la vida espiritual de Lutero, un tipo que, en aras de justificar
su lujuria, negó la libertad del hombre, al que creía incapaz de hacer el bien
como consecuencia de su naturaleza devastada por el pecado original. (Aquí
encontramos, por cierto, la génesis de ese nihilismo que aflige a la sociedad
occidental hodierna).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Otro de los disparates con los
que el Papa ha alborozado a los enemigos de la Iglesia y ha abochornado al
rebaño fiel esta semana es eso de que Lutero “contribuyó a que la Iglesia diese
mayor centralidad a las Escrituras”. Ése es el bello sintagma con el que Su
Santidad disfraza la ominosa realidad que consagró Lutero: la libre
interpretación de los textos bíblicos, que es madre del relativismo y el subjetivismo
moderno, por los cuales el hombre ya no está llamado a descubrir la realidad
exterior, sino a crear en su mente una realidad inexistente. La dura verdad – y
mal haríamos los católicos en ignorarlo - es que el Papa Francisco ha estado
rindiendo pleitesía a una persona que se ciscó en los sacramentos y en el culto
a la Virgen María y a los santos; a una persona que supeditó el ámbito
religioso al poder político de los príncipes alemanes y que, en su pulsión
antisemita, llamó a quemar las escuelas rabínicas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">En Suecia, Su Santidad también
nos conminó, a católicos y protestantes, a superar las controversias que nos
dividen para alcanzar la tan anhelada unidad. Barrunto que a eso ha quedado reducido
el ecumenismo. A que los que dicen que el hombre es libre y los que afirman que
el hombre es esclavo se pongan de acuerdo concluyendo que el hombre es medio
libre. <i>Mi Torre de Marfil,</i> que nació
para combatir el relativismo, no participará de este siniestro espectáculo en
que la verdad se torna objeto de mercadeo. Nosotros oramos porque los
protestantes abracen la verdad, encarnada en la Iglesia católica. En ningún
caso por la unidad a cualquier precio. <span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-2073135010078740992016-10-30T04:32:00.000-07:002016-10-30T10:01:50.275-07:00Lo que viene<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Este sábado Rajoy ha sido
investido presidente gracias a un PSOE al que la soga de una trampa saducea ya
había dejado prácticamente sin respiración. De una trampa saducea que encuentra
su génesis en el capricho de los votantes, quienes se empeñaron en que el partido
más siniestro de la historia de España custodiara la llave de eso que los
cursis y los tertulianos llaman “gobernabilidad”. El PSOE, como le ocurre a
todo aquél que se enfrenta a una trampa saducea, (salvo que sea Cristo), ha
salido malparado de ese dilema que le compelía a elegir cómo suicidarse. Y es
que, con su abstención del sábado, se mete en las fauces de Podemos y, de
paso, construye los primeros metros de esa autovía hacia el averno que los
discípulos de Pol Pot – que en nuestra patria se engalanan con coletas y ropas
de Alcampo – nos tienen reservada a los españoles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Cuando la nueva legislatura de
Rajoy eche a andar, a Podemos le será sencillísimo erigirse en alternativa a un
sistema que, para sobrevivir, hizo que sus principales partidos, representantes
de un negociado en que todos coinciden en lo esencial, pactaran. Le será
sencillísimo acusar al Partido Socialista de venderse a la plutocracia internacional,
de servir antes a un sistema deshumanizado y deshumanizante que a un pueblo
hastiado de que las élites gobiernen a sus espaldas. Le será sencillísimo, en
definitiva, adueñarse de ese votante del PSOE que, engañado por una farsa que presenta
distintos a los que piensan igual, imagina al votante de Rajoy como íncubo y al
afiliado del PP como súcubo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Ante los ardides del sistema
para perpetuarse, las calles de España devendrán en tribunal revolucionario en
que el pueblo juzgará las malhadadas decisiones del presidente Rajoy y, al
tiempo, zaherirá a quienes lo enseñorearon con su voto. Todo un averno para el PSOE,
que, en lugar de orquestar este juicio popular, habrá de ejercer de María
Antonieta. “Muerte al cómplice necesario” será la arenga más repetida. Los días
transcurrirán y las esporádicas llamas de las calles se tornarán en majestuoso
incendio que, impulsado por el pestilente aliento de Podemos, pronto amenazará
con arrasar Ferraz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Pasado un tiempo, el PSOE,
acuciado por las llamaradas, forzará la celebración de elecciones; y el pueblo, tan
sabio, llevará al garrote al partido político más dañino de la historia de
España, erigirá a Podemos en líder de la oposición y concederá a Mariano – que
ya habrá acabado de destruir el PP – una legislatura más en el poder. El
escenario político será, así, aún más desolador que el hodierno: un gobierno
regido por una banda de tecnócratas sin principios frente a una oposición
acaudillada por quienes no anhelan más que sustituir la casta por la
“nomenklatura”.<span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-65172903260532273342016-10-16T10:23:00.000-07:002016-10-16T10:23:22.095-07:00El endiosamiento de la voluntad<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">Insistimos siempre en esta
página en que uno de los rasgos que mejor caracteriza a la época hodierna es la
constante exaltación de la voluntad humana; una voluntad que ya no conoce
límite alguno y que se ha erigido en concepto todopoderoso. En el mundo
posmoderno, la conciencia de que la voluntad humana debe adaptarse, adecuarse,
a una realidad exterior que la supera es contemplada como el atávico
pensamiento de un tiempo al que felizmente se ha dado sepultura. Hoy, la
voluntad, que en verdad constituye la mera satisfacción de instintos por parte
de unas masas cretinizadas ya ahítas de moral y de razón, es la que, a ojos del
hombre, determina la realidad exterior. Todos los pilares sobre los que se
sostiene la frágil antropología posmoderna tienen por basamento esta premisa
tan estúpida y a la vez tan atractiva. Los cambios de sexo, las adopciones de
niños por parejas homosexuales, los vientres de alquiler… son caras de la misma
moneda voluntarista. Reduzcámoslo a un “¿quién es la naturaleza para decirle al
hombre lo que debe hacer?”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">En el plano político, esta
funesta creencia desemboca ineluctablemente en la democracia pura, que no es
sino una expresión chusca de la “voluntad general” rousseauniana. Según la
democracia pura, no existe verdad, concepto o derecho, que no sea susceptible
de ser eliminado o alterado por la voluntad - expresada en forma de mayorías -
de la gente. De este modo, en tiempos recientes, las mayorías han acabado con
derechos que, por naturales, deberían ser sagrados y, por tanto, inalienables:
han privado al <i>nasciturus </i>del derecho
a la vida (pronto se hará con los ancianos y los discapacitados) y han abolido,
con los vientres de alquiler y las adopciones de niños por parejas
homosexuales, el derecho natural de los seres humanos a tener un padre y una
madre. Otrosí, en nombre de estas mayorías, cuya voluntad es hoy expresión de
verdad, los gobiernos occidentales, genuflexos ante los intereses del Nuevo
Orden Mundial, han venido aprobando leyes que atentan de forma patente contra
la naturaleza. No hay más que echarle un vistazo a la Ley LGTBI de Cristina
Cifuentes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">La época posmoderna es la
época de la entronización de la voluntad humana. Y no lo es por casualidad,
sino como consecuencia de un proceso largo y coherente que inició con el
entierro de la idea de “Dios”. Muerta la deidad, alguien debía suplirla en su
rol, pues el ser humano, pese a todo, es incapaz de concebir un mundo sin
creador. Naturalmente, el hombre no encontró mejor sustituto que él mismo. En
el mundo occidental contemporáneo, Dios es de carne y hueso y acaba sin piedad –
o, mejor dicho, eso hace ver – con toda tradición, verdad o código moral que lo
estorbe. Desgraciadamente, no puede haber 7000 millones de dioses. Serán los
débiles los que paguen la muerte de Dios. Que se lo pregunten a los fetos que
son destripados a diario en nombre de la voluntad de las mujeres.<span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-26975034157647834032016-09-28T09:52:00.000-07:002016-09-28T09:52:26.338-07:00Legalizando el vicio<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">Hace ya unos años, el
presidente del Partido Popular europeo aseguró, con imprudente y escasamente
calculadora sinceridad, que uno de los grandes logros de la ya agónica Unión
Europea es el libre acceso a películas porno. No se trata de una afirmación
simplemente estúpida, como podría pensar el lector, pues tras ella subyacía uno
de los más perniciosos males que afligen al Occidente posmoderno: la
legalización del vicio, de la inmoralidad. Y es que hogaño, cuando el relativismo
es exaltado con injustificable regocijo, la ley ha perdido todo sentido moral,
toda aspiración a ser el basamento sobre el que el pueblo cimente su camino
hacia la virtud.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">Precisamente por esta renuncia
a que la ley presente un componente moral, las masas adocenadas del basurero
europeo asisten, desconcertadas o embelesadas, a la legalización de prácticas
abominables como la prostitución o la pornografía y de actos tan palmariamente
deleznables como el aborto. Los lectores liberales de esta página – me consta
que se cuentan por miles – señalarán que la legalización de menesteres como los
aquí recogidos es una cuestión de libertad. ¿Quién es el Estado para prohibir
que yo me degrade como me dé la gana?, se preguntarán. Ellos no han comprendido
aún que la libertad, para ser digna de tal nombre, debe estar orientada al bien
y que, de no estarlo, no puede ser sino tildada de mero voluntarismo o, en el
mejor de los casos, de libre albedrío. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">No se trata, no obstante, de
construir un Gran Hermano orwelliano, una Ginebra de Calvino, que persiga toda
práctica inmoral y destruya la vida privada del hombre. Se trata, más bien, de
que la ley se erija en azote de los vicios más graves y más dañinos para el
bien común. Así lo expresó Santo Tomás de Aquino en su Suma Teológica: “La ley
humana no prohíbe todos los vicios de los cuales se abstienen los virtuosos,
sino sólo los más graves, aquéllos que la mayor parte de la multitud puede
evitar, y sobre todo los que van en perjuicio de los demás, sin cuya
prohibición la sociedad humana no podría sostenerse”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">Ingenuamente, se considera que
legalizar la inmoralidad no implica que ésta vaya a ser abrazada por más gente.
Pero lo cierto es que legalizar implica normalizar. La ley, desgraciadamente, se
ha tornado en un medio de ingeniería social, en herramienta que los poderes en
la sombra utilizan para generalizar, entre la sociedad, un mal antes rechazado
por ésta. Así, cuando se legalizó el aborto, no había grandes manifestaciones
en las calles exigiendo el derecho a destripar fetos; así, cuando se
legalizaron los “matrimonios homosexuales”, quienes reivindicaban ese oxímoron
podían contarse con los dedos de una mano. Ahora éstas son prácticas comunes y
aceptadas. Lo cierto es que los gobiernos nacionales - hoy fieles cipayos de
los dictámenes del Nuevo Orden Mundial - se han venido sirviendo de la ley para
provocar cambios sociales tan profundos que se antojan prácticamente
irreversibles a corto y medio plazo. ¿O acaso alguien cree que podemos aspirar
a acabar con las operaciones de “cambio de sexo” en los años más inmediatos?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">Hoy, la mayor aspiración del
mal es entronizarse mediante la ley. Y es que, en una época en que lo moral se
equipara a lo legal, figurar en el Boletín Oficial del Estado es la manera más
fácil que el vicio encuentra para hacerse pasar por virtud y, y ya de paso,
obtener un consuelo del que su propia naturaleza le priva.<span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-13109195931975682902016-09-12T12:50:00.001-07:002016-09-13T02:46:20.996-07:00La paz colombiana o la muerte de la justicia<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Corría el año 1957 cuando izquierdistas
y derechistas acordaron, en Colombia, establecer un sistema de alternancia en
el poder para acabar con la dictadura de Rojas Pinilla. Este régimen político,
que sentaba sus bases en la democracia, brindó una estabilidad a Colombia por
la que sus gentes clamaban desde años atrás. No obstante, dejó al margen del
tablero político a sectores sociales que, fatalmente inspirados por la reciente
Revolución cubana, anhelaban llevar a la tierra natal de García Márquez los
ominosos vientos del comunismo. Esto, al menos en parte, provocó el surgimiento
de la guerrilla de las FARC, cuyas prácticas narcoterroristas han sido padecidas
por una ingente cantidad de personas hasta hoy.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Precisamente hogaño el mundo
celebra unos acuerdos de paz, firmados por el Gobierno colombiano y la narcoguerrilla,
que pondrán fin presuntamente a un conflicto que hunde sus raíces en la
turbulenta década de los sesenta. Sin embargo, el alborozo exhibido por la
comunidad internacional a este respecto no puede ser más infundado. Y es que el
pacto de paz alcanzado en La Habana – la ubicación no es casual – se cisca en
los conceptos de justicia y moral, y fracasa cuando de diferenciar entre
víctimas y victimarios se trata. Así, prevé condenas irrisorias para los
miembros de las FARC que reconozcan sus delitos, garantiza la elegibilidad
política a los integrantes de la narcoguerrilla y no asegura, ni mucho menos,
que ésta vaya a dejar de obrar como un cártel violento. Tal es el agravio al
que los acuerdos someten al pueblo colombiano que su Gobierno se las ha
ingeniado para que aquéllos sólo requieran, a fin de ser refrendados, un 13 por
ciento de votos afirmativos en el plebiscito que se celebrará dentro de algo
más de dos semanas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">El presidente colombiano, Juan
Manuel Santos, ha echado por la borda, con su claudicante acuerdo, el legado de
ex mandatarios como Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, que sudaron sangre para
combatir a las FARC. Y con resultados. No en vano, el Plan Colombia – una de
las pocas ideas felices de la Administración Clinton – y la firmeza de Uribe
permitieron reducir los cultivos de coca de 180.000 hectáreas a 40.000 (hoy,
bajo el Gobierno de Santos, éstos se extienden hasta las 200.000 hectáreas).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">Influido por una norma despreciable que goza de salud vigorosa en nuestros días, el ejecutivo colombiano ha elegido la
alternativa de la paz a cualquier precio, como en su momento hizo Zapatero con
ETA. Sin embargo, por mucho que se afane la corrección política, la paz no es y
no será nunca un fin en sí mismo, pues está – o al menos debiera estar – supeditada a
conceptos como la justicia y el bien. Es más, quien, como Santos, renuncia a la
justicia en aras de alcanzar la paz habrá de vivir con la certidumbre de que no
encontrará jamás ni la una ni la otra.<span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08125457999270500427noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-501095457852552373.post-19749857853641464452016-08-29T02:22:00.000-07:002016-08-29T02:25:52.877-07:00La banalidad del burkini<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;">C</span><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">uando pienso en el debate
suscitado a propósito del burkini, se me viene a la sesera una reveladora
leyenda cuya veracidad o falsedad es poco relevante. Con los turcos en pleno
asedio de Constantinopla, los sabios de Bizancio, en lugar de preocuparse por
hallar el mejor modo de combatir al invasor, andaban enfrascados en un debate,
sugestivo e inútil a partes iguales, sobre el sexo de los ángeles. Algo así
pasa, como digo, con el asunto del burkini en las costas francesas. Salvando
las distancias, claro. Y es que en el Occidente hodierno los sabios no
proliferan y el debate más elevado viene casi siempre a colación del fútbol.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">El de la prohibición o no de
esa recatada prenda es un debate perfectamente absurdo, librado, además, con
argumentos que no merecen un calificativo distinto. Así, los liberal-progres
arguyen que proscribir tan atávica vestimenta supondría atentar directamente
contra la libertad fundamental de las mujeres musulmanas, mientras que los
liberales que - por recato o de cara a la galería - mantienen “conservador” en
su identificación ideológica señalan que las mujeres que llevan el burkini no
son libres de elegir, pues viven en un ambiente social que las coacciona. Los
primeros ignoran que, atendiendo a la disparatada regla de tres que rige su
razonamiento, toda ley violaría libertades fundamentales (¿o acaso tengo yo
derecho a ir por la calle en paños menores, por ejemplo?). Los segundos, por su
parte, desconocen que nadie, ni siquiera el occidental de pura cepa, es
absolutamente libre, ya que todas las decisiones del hombre están condicionadas
por la costumbre, por las leyes o por la naturaleza misma. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 107%;">El debate del burkini, tal y
como se ha planteado, sólo es posible en una civilización decadente, aletargada;
en una civilización que, como consecuencia de su ya irremediable patología, es
incapaz de percibir la amenaza que se cierne sobre ella y poco hábil cuando de
definir al enemigo se trata. Así, al tiempo que nuestro suelo se llena de
mezquitas - en las que se predica la inferioridad de la mujer respecto al
hombre - y el yihadismo nos golpea de manera atroz, nosotros no hallamos otro quehacer que el de echarnos los trastos a la cabeza sirviéndonos de un asunto
banal. Son tiempos éstos en que el debate habría de estar iluminado por grandes
preguntas como “¿es el islam compatible con Occidente?”; “¿es el modelo
multicultural el modelo deseable de inmigración?”, “¿estamos dispuestos a
recuperar las esencias de la civilización cristiana?” Respondidos estos
interrogantes, que no se ponen sobre la mesa por simple obediencia del rebaño
europeo a los dogmas de la corrección política, todo lo demás vendría dado; la
elección entre burkini o traje de baño se antojaría fácil, porque antes ya
habríamos elegido entre islam u Occidente y, por tanto, entre defender
Constantinopla o discutir sobre el sexo de los ángeles.<span style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
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