jueves, 12 de marzo de 2015

Guillermo Graíño: “Europa es hoy la conjunción de la derecha económica y el progresismo moral”

En una situación caracterizada por la inestabilidad y el extremismo en Europa, Mi Torre de Marfil charla con Guillermo Graíño, profesor de Teoría Política y Teoría de las Relaciones Internacionales en la Universidad Francisco de Vitoria, sobre los retos, amenazas y debilidades del viejo continente.


Guillermo Graíño es licenciado en Filosofía y doctor en Ciencias Políticas

























P. Monseñor Munilla definió Europa como un ente con cuerpo en forma de euro y alma en forma de ideología de género. Si usted tuviese que definir Europa, ¿cómo lo haría?

R. Es una buena definición. Siguiendo su línea, diría que Europa es la conjunción de dos polos ideológicos. Uno que es la derecha económica, es decir, libertad de mercado y neoliberalismo. Y otro que es la izquierda moral, el progresismo moral. Además, hemos visto que estos dos extremos se llevan muy bien entre sí. De hecho, la derecha económica sirve para hacer triunfar los valores de la izquierda moral; y la izquierda moral facilita la expansión de la derecha económica.

P. Dada esta definición de Europa, ¿cuál es el mayor enemigo de los europeos?

R. El mayor enemigo de los europeos son los europeos mismos. Están completamente acomplejados por sus valores, su continente, sus ideas... En este tiempo, ese criticismo consigo misma que siempre ha caracterizado a Europa, que es parte de su identidad, ha llegado a convertirse en una debilidad demasiado fuerte que puede acabar destruyéndola. Sé que es un lugar común y una frase típica, pero creo que es la pura realidad.

P. En las últimas fechas, se ha hablado mucho sobre el populismo y la demagogia ¿Puede considerarse a ambos como inmanentes a la propia democracia liberal?

R. Es un riesgo siempre presente en la democracia liberal. El sistema en el que un político ofrece al electorado, que ha de elegir, unas propuestas es un sistema que, al final, beneficia la lógica de la mayor oferta y de la ausencia de costes. Es natural que si los políticos tienen que competir por vender un producto, mientan respecto al producto y los costes de éste. Se trata de la lógica de la publicidad. En cualquier caso, la culpa no es sólo de los políticos, sino también de un electorado cortoplacista y poco reflexivo.

P. ¿Cuáles son las claves para que Europa venza las amenazas que hogaño se ciernen sobre ella?

R. Soy bastante pesimista respecto a la posibilidad de que Europa pueda superar su debilidad constitutiva. Quizá una vuelta a la religión o una vuelta a la antigua identidad fuese una posible solución. No obstante, creo que esto no es posible. Me gustaría, pero, visto el panorama actual, se antoja extremadamente difícil.




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